Los bomberos griegos luchaban el viernes por controlar los incendios en la región de Evros, próxima a la frontera con Turquía, que obligó a las autoridades a evacuar varios pueblos y calcinó miles de hectáreas de bosques, en lo que parece una vez más la enésima repetición de la tragedia que periódicamente asola Grecia durante el período estival.

Francia envió dos aviones de lucha contra incendios a petición del gobierno griego, que se ha visto desbordado por las llamas que avanzan en varios frentes simultáneos, mientras otros países mediterráneos como España, Portugal o Italia han anunciado también el envío de efectivos.

Según las autoridades locales, más de un centenar de incendios se declararon la noche del jueves, lo que ha desbordado por completo a los bomberos y hace pensar en que los fuegos han sido provocados. En la región fronteriza de Evros hay al menos ocho frentes activos, avivados por los fuertes vientos que soplan en la zona y las altas temperaturas, lo que hace temer que la situación vaya a peor en los próximos días.

Mientras el gobierno ha declarado el estado de excepción en las regiones afectadas, el primer ministro heleno Giorgos Papandreu visitó el viernes el centro de coordinación de bomberos y defensa civil de Atenas para conocer de primera mano la situación.

La ciudad portuaria de Alexandroupolis, a poco más de 10 kilómetros de la frontera con Turquía, es una de las más afectadas y varias columnas de humo se extienden sobre la ciudad mientras los incendios se extienden por sus alrededores. Las autoridades han recomendado a la población que permanezca en sus casas y el gobernador de la región calificó la situación como "extremadamente peligrosa".

Pero los incendios no se localizan sólo junto a la vecina Turquía. Cientos de kilómetros al sur, en las afueras de Atenas, se han registrado ya varios focos que por el momento han podido ser controlados;  mientras otros fuegos se han declarado en Agrinio y en las proximidades de Patra, al oeste del país, así como en la isla de Zakynthos. También en la península del Peloponeso, que ya fue arrasada en 2007 por una terrible ola de incendios, se han registrado varios focos.