Un grupo de aproximadamente una veintena de insurgentes talibanes fuertemente armados protagonizó el martes un asalto coordinado en el centro de la capital afgana contra la sede del cuartel general de las fuerzas de la OTAN y contra la embajada estadounidense, en un incidente que se prolongó por espacio de varias horas hasta la mañana del miércoles.
Los combates en el centro de Kabul entre las fuerzas de seguridad afganas apoyadas por tropas de la OTAN y los atacantes aún se escuchaban en plena noche varias horas después del inicio del ataque, dejando un saldo final de 14 muertos y varias decenas de heridos. Fuentes del gobierno afgano confirmaron que entre las víctimas mortales había once civiles y tres policías, así como un mínimo de seis terroristas talibanes.
A última hora del martes los combates parecían concentrarse en torno a un edificio en construcción de unas diez plantas ubicado en el centro de la ciudad, donde dos talibanes armados con lanzacohetes se habían atrincherado ofreciendo una fuerte resistencia, lo que obligó a la intervención de varios helicópteros de la OTAN. El enfrentamiento se prolongó durante toda la noche hasta la mañana del miércoles, cuando fueron finalmente abatidos.
Precisamente fuentes de la Alianza Atlántica en Kabul confirmaron que los talibanes habían penetrado en una zona ultraprotegida de la ciudad donde se encuentran la embajada de Estados Unidos y el cuartel general de las fuerzas internacionales de la OTAN en Afganistán (ISAF, por sus siglas en inglés). Así mismo un portavoz de los talibanes comunicó que entre los objetivos de los ataques se encontraban también la sede de los servicios de inteligencia afganos (NDS) y otros edificios importantes.
Este ataque contra la que es posiblemente la zona más protegida de la capital afgana y de todo Afganistán deja en entredicho el éxito de la guerra no declarada que las tropas de la OTAN mantienen contra la insurgencia talibán; confirma también el incrmento de los ataques por parte de los islamistas mientras continúan los planes para la retirada de las tropas extranjeras del país, cuya finalización está prevista para 2014, después de que a finales de agosto varios kamikazes atacaran la sede del British Council en Kabul y de que el pasado junio otro grupo de talibanes atacara el Hotel Intercontinental, frecuentado por extranjeros y también con amplias medidas de seguridad.
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