Un tribunal de Arabia Saudí condenó el martes a una mujer a recibir 10 latigazos por desafiar la prohibición impuesta en el reino de que las mujeres conduzcan, una sentencia sin precedentes que se produce tan sólo dos días después de que el Rey Abdulláh anunciara una histórica reforma que permitirá a las mujeres votar y presentarse en las elecciones municipales a partir del año 2015.
Esta es la primera ocasión en que se aplica un castigo de este tipo a causa de la prohibición que existe en el país de que las mujeres conduzcan un vehículo. Habitualmente la policía se limita a detener e interrogar a las infractoras, dejándolas marchar tras firmar un juramento en el que se comprometen a no volver a hacerlo.
La sentencia podría tener un trasfondo político ante la campaña iniciada en el ultraconservador reino islámico desde el pasado mes de junio, a la que se han sumado decenas de mujeres saudíes que desean acabar con esta injusta prohibición. La fundadora de esta iniciativa, Manal al-Sherif, que publicó en las redes sociales un video suyo en el que aparecía conduciendo desafiando la prohibición, fue detenida durante 10 días y finalmente puesta en libertad tras jurar no volver a conducir ni hablar con los medios de comunicación.
La conductora juzgada en esta ocasión, Shaima Jastaina, de 30 años de edad, fue encontrada culpable, y salvo que prospere la apelación que ha presentado la sentencia se ejecutará en el plazo de un mes como máximo. Arabia Saudí es el único país del mundo que prohíbe a las mujeres -tanto saudíes como extranjeras- conducir, una norma que obliga a las familias a tener que contratar un chófer privado y a aquellas que no se lo pueden permitir a depender de familiares varones para que lleven a las mujeres y los niños al colegio, el trabajo, a la compra o al médico. Muchas mujeres violan la prohibición no por desafiar la ley, sino por pura necesidad.
De hecho, en realidad no existe ninguna ley escrita en Arabia Saudí que prohíba a las mujeres ponerse al volante; la prohibición radica más bien en las conservadoras tradiciones islámicas que imperan aún en el país, según las cuales dar libertad de movimientos a las mujeres las expone al pecado. Sohila Zein el-Abydeen, una destacada defensora de los derechos de las mujeres en Arabia Saudí, criticó la sentencia que consideró "impactante" y desproporcionada, y que condena a una mujer a recibir latigazos por conducir mientras que la legislación sobre tráfico impone como máximo multas económicas. "Incluso las esposas del Profeta (Mahoma) conducían camellos y caballos", denunció.
Los analistas interpretan esta inusual sentencia como un reflejo de las tensiones internas que puede estar viviendo Arabia Saudí entre aquellos sectores que abogan por emprender reformas democráticas y que den más derechos a la población, especialmente a las mujeres, y aquellos otros sectores más conservadores -incluyendo el influyente clero- que quieren mantener las tradiciones del reino. De hecho cuando el domingo anunció que las mujeres podrán presentarse a las elecciones municipales -las únicas que se celebran en Arabia Saudí, y sólo desde 1995- y votar, el Rey Abdulláh aseguró contar con el respaldo del clero; pero los expertos consideran que la sentencia del martes es un signo evidente de que hay sectores dentro de la línea religiosa más dura que controla los tribunales y la policía religiosa que se oponen a las reformas, y que han querido enviar con este veredicto un claro aviso.
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