El gobierno turco está negociando con Washington la adquisición de varios cazas F-35, un avión de combate de última generación con capacidad de despegue vertical, construído por un consorcio aliado financiado por hasta nueve países, incluído Turquía. Por el momento Ankara sólo se propone adquirir dos de estos aparatos en 2015 como parte de los planes para renovar su flota de F-16, que forma el núcleo central de sus fuerzas aéreas; sin embargo uno de los principales escollos es la cesión por parte de EE.UU. de los códigos del software de navegación del avión, algo a lo que hasta ahora se han mostrado reticentes los norteamericanos.
"En lo que se refiere al software del avión, no estamos hablando sobre adquirir todos los códigos, sino sólo aquellos que son más esenciales para la libertad de operación del caza. Estos son los códigos que estamos interesados en obtener", declaró a la agencia de noticias Anatolia el vice secretario de la Industria de Defensa de Turquía, Murad Bayar.
Según Bayar la compra inicial de los dos F-35 es sólo un primer paso hacia nuevas adquisiciones de estos aviones de combate. "En la primera fase entrenaremos a nuestros pilotos con estos dos aviones F-35, y añadiremos nuestros subsiguientes pedidos a medida que el F-35 se desarrolle y madure", señaló Bayar, que piensa que el caza aún tiene ciertos fallos que deben corregirse.
Turquía tiene pensado adquirir hasta un centenar de F-35 en los próximos años por un valor cercano a los 13.000 millones de euros. Sin embargo hasta ahora Estados Unidos se ha mostrado reticente a ceder los códigos del aparato que le permiten tener total libertad de movimientos, como atacar a otros cazas de combate de países que Washington considera aliados pese a no formar parte de la OTAN, especialmente Israel.
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