El príncipe Turki al-Faisal, un influyente miembro de la familia real saudí y probable candidato a ser el próximo ministro de exteriores de Arabia Saudí, advirtió el miércoles de la peligrosa posibilidad de una carrera armamentística nuclear en Oriente Medio que podría llevar a países como Irak, Egipto, Turquía o la propia monarquía saudí a obtener armas atómicas.
Durante una entrevista mantenida el viernes con la prensa, al-Faisal se mostró a favor de declarar Oriente Medio como una región libre de armas nucleares. A su juicio, esta sería la forma más idónea de hacer frente a las tensiones que suscita el programa de enriquecimiento de uranio del estado iraní, considerado por muchos países y especialmente por Estados Unidos y sus aliados como un primer paso para que el régimen de Teherán pueda fabricar su propio armamento nuclear.
De otro modo, al-Faisal considera inevitable que en esta región del globo se produzca una carrera armamentística si finalmente Irán accede a la tecnología para fabricar armamento atómico. Dicha carrera incluiría no sólo la obtención de armas nucleares sino también el desarrollo de capacidad balística para transportarlas a bordo de misiles, y según el príncipe saudí incluiría a las principales potencias de la zona, como Irak, Egipto, Arabia Saudí o incluso Turquía.
Al-Faisal, quien fuera también jefe de los servicios secretos saudíes, abogó por una zona libre de armas nucleares en la volátil región de Oriente Medio a la que podría unirse cualquier país y que debería estar bajo la tutela del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que debería imponer sanciones contra aquellos países que desarrollen armas nucleares en la zona.
En las últimas semanas han sido varias las voces autorizadas que insistentemente han advertido contra la posibilidad de que las tensiones entre chiíes y sunníes en Oriente Medio o el controvertido programa nuclear iraní podría desembocar en una "Guerra Fría" o en un conflicto abierto en la región. Así lo advirtió a principios de enero el ministro de exteriores turco Ahmet Davutoğlu, cuyo país es uno de los que más firmemente se opone al desarrollo de armas nucleares en la región pero recuerda que Israel es hasta la fecha el único estado en Oriente Medio que las posee. A Ankara le preocupan también las crecientes tensiones entre chiíes y sunníes en países como Irak, que amenazan con fragmentar peligrosamente el país tras la retirada de las tropas estadounidenses a finales de 2011.
Un Irán con capacidad nuclear representaría un importante desafío para potencias regionales como Arabia Saudí, país de mayoría sunní, que se sentiría obligado a obtener también armamento atómico para frenar la influencia iraní en la región. Si bien la posición oficial de la monarquía saudí es de rechazo a la presencia de armas nucleares en Oriente Medio y es uno de los estados del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), en la última década ha habido crecientes indicios de que Arabia Saudí podría estar intentando obtener armas nucleares ante la perspectiva de un Irán con capacidad nuclear y la ausencia de presión internacional para que Israel revele a su vez el número de cabezas atómicas que posee. Las declaraciones de Al-Faisal sugiriendo una zona libre de armas nucleares en Oriente Medio podrían ser la última advertencia del estado árabe antes de adquirir finalmente este tipo de armamento.
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