Una cisterna de agua de 264 años de antigüedad ha sido descubierta en Estambul durante los trabajos de restauración de la Mezquita de Nuruosmaniye, construída en 1755 en el centro de la península histórica de la ciudad y considerada como uno de los mejores ejemplos del estilo barroco otomano.
Fue el director para la provincia de Estambul de la Agencia General de las Fundaciones -encargada de los trabajos de restauración- İbrahim Özekinci quien hizo el anuncio en declaraciones recogidas por la agencia de noticias turca Anatolia.
"Hemos retirado toneladas de lodo de la cisterna. Se cuenta que todos los escombros y restos procedentes de la restauración del Gran Bazar fue arrojada aquí. Hemos despejado todo el área de todos los escombros y la cisterna ha salido a la luz", explicó Özekinci, añadiendo que la magnífica cisterna, de 18 metros de longitud, fue construida bajo la mezquita para drenar el agua sobrante procedente de la lluvia.
Al parecer a la cisterna, ubicada entre la mezquita y sus cimientos, se accede a través de una pequeña puerta situada en el patio del templo, y sus descubridores aseguran que posee una arquitectura y una atmósfera impresionantes. Özekinci señaló además que el lugar será adecuado para que pueda ser visitado e incluso podría ser utilizado como una sala de exposición de arte turco y otomano.
La construcción de la mezquita de Nuruosmaniye se inició en 1748 durante el reinado del Sultán Mahmud I y fue completada siete años más tarde bajo el gobierno de Osman III. Ubicada en pleno centro de la península histórica de Estambul, a pocos metros al este del Gran Bazar, se trata de una de las primeras y más bellas mezquitas construidas según el estilo llamado "barroco otomano", con notables influencias europeas.
0 Comentarios