Un caza de combate MIG-21 de fabricación rusa propiedad de las fuerzas aéreas sirias que realizaba una misión de entrenamiento cerca de la frontera aterrizó el jueves en la vecina Jordania, donde el piloto pidió asilo político en el país, según informaron fuentes del gobierno de Ammán.
Fuentes del ministerio jordano de información confirmaron a la prensa que el piloto, tras aterrizar por la mañana en la base aérea militar Rey Hussein -llamada así en honor al anterior rey del país-, ubicada junto a la frontera siria y a sólo 80 kilómetros al noreste de la capital, había solicitado asilo político y estaba siendo interrogado.
Al parecer el caza había despegado del aeropuerto militar de Al-Dumair, al noreste de Damasco. La televisión estatal siria, que se refirió al piloto como el coronel Hassan Hamada, había informado que las comunicaciones con el avión se habían perdido en torno a las 10:34 de la mañana (hora local) mientras se encontraba realizando una misión de entrenamiento en la frontera con Jordania.
De confirmarse la noticia se trataría posiblemente de la primera vez en que una deserción de este tipo tiene lugar en el seno de las fuerzas aéreas sirias, si bien se cuentan ya por miles los soldados que han desertado de las fuerzas de tierra. A finales de marzo el canal de noticias Al-Arabiya había informado que otro piloto de las fuerzas aéreas había desertado a Turquía tras negarse a acatar las órdenes de disparar contra manifestantes, aunque la noticia no fue confirmada entonces ni por las autoridades turcas ni por el régimen de Damasco.
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