Cinco personas -una madre y sus cuatro hijos- resultaron muertas y al menos otras 13 heridas de gravedad el miércoles -tres de ellas policías- después de que tres disparos de artillería efectuados presuntamente por el ejército sirio alcanzaran la localidad fronteriza turca de Akçakale, en la provincia suroriental de Şanlıurfa.
La localidad fronteriza de Akçakale, situada a sólo unos pocos cientos de metros del paso fronterizo sirio de Tell Abyad, ha sido testigo en las últimas semanas de los intensos enfrentamientos entre las tropas leales al presidente Bashar al-Assad y las fuerzas de la oposición, que han obligado a cerrar los colegios e institutos de la ciudad y han dejado por lo menos media docena de heridos desde mediados de septiembre; el último incidente se había producido el pasado viernes, cuando precisamente un obús lanzado por el ejército sirio alcanzó varias viviendas y comercios del barrio periférico de Hürriyet en Akçakale hiriendo a tres personas.
El alcalde de la ciudad, Abdülhakim Ayhan, declaró a la prensa que los habitantes de la zona estaban furiosos por la situación, y que muchos se habían manifestado tras el último ataque llegado desde el otro lado de la frontera. Según Ayhan otro obús estalló el martes por la mañana en la localidad aunque sin dejar heridos, y los residentes de han vivido atemorizados en las últimas dos semanas.
Nada más conocerse la noticia del último incidente transfronterizo serio en la región, el ministro de exteriores turco Ahmet Davutoğlu convocó una reunión de urgencia y habló por teléfono con el enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe para Siria, Lakdar Brahimi. Davutoğlu habló también con el gobernador de la provincia de Şanlıurfa y con el Estado Mayor del Ejército Turco.
El ministro de exteriores de Turquía ya había advertido el pasado viernes cuando un obús cayó en Akçakale destruyendo varios edificios e hiriendo a tres civiles que Ankara podría tomar medidas importantes para proteger a sus ciudadanos si estos incidentes se repetían, un extremo que fue confirmado por fuentes ministeriales. Entonces Davutoğlu envió una nota formal de protesta al gobierno sirio -los disparos de artillería procedían del ejército sirio, ya que los rebeldes no disponen de ella- e informó a Naciones Unidas y la OTAN de lo ocurrido.
"Si tales violaciones de nuestra frontera continúan, nos reservamos el derecho a emprender acciones, no lo duden. Turquía tiene el poder para controlar cualquier actividad a lo largo de sus fronteras y para tomar las medidas necesarias", declaró el ministro el viernes. "Nadie debería dudar de las capacidades defensivas de Turquía", subrayó.
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