El ministerio de educación turco pretende aprobar, tras varios años de consultas con las asociaciones del sector, una nueva regulación concerniente a los requisitos necesarios para obtener el permiso de conducir en el país con el objetivo de actualizar el aprendizaje que deben seguir los alumnos e incrementar el número de horas prácticas que pasan al volante.
Según informó la prensa turca esta semana, entre los cambios que se quieren introducir en el nuevo curriculum para obtener el carné de conducir en el país euroasiático están la reducción del número de preguntas en los exámenes, que pasaran de las 120 actuales a ser sólo 60.
En línea con los objetivos de disminuir el contenido excesivamente teórico y aumentar la formación práctica, las clases prácticas de conducción se verán incrementadas de los 15 minutos que suelen durar ahora hasta los 30 o incluso 60 minutos, en línea con la normativa que se aplica en muchos países europeos.
Responsables del ministerio señalan que las inspecciones realizadas a las autoescuelas en Turquía muestran que casi la mitad de ellas -800 de 2.000 inspeccionadas- no proporcionan el adiestramiento al volante necesario a sus alumnos, mientras que las clases teóricas no ofrecen la formación adecuada para preparar a los futuros conductores y muchos alumnos ni siquiera llegan a asistir a ellas.
Para obtener el permiso de conducir en Turquía una persona debe asistir a una autoescuela privada en la que se imparten clases teóricas que suelen durar un mes, en las que se instruye a los conductores acerca de las normas de tráfico y sobre mecánica, seguidas de una semana de clases prácticas de conducción. También se forma a los alumnos sobre práctica de primeros auxilios.
Muchos expertos señalan sin embargo que el actual sistema para sacar el carné de conducir en Turuquía es inadecuado y que adolece de las suficientes prácticas al volante para preparar realmente a los alumnos a la hora de salir a la carretera. El curriculum en muchos casos también adolece de una falta de actualización, con clases de mecánica que insisten en excesivos detalles y a menudo se refieren a modelos antiguos o ya desfasados. Además muchos alumnos consiguen arreglárselas para no asistir a las clases teóricas, saliendo de la autoescuela con una formación muy pobre o nula.
Así con los nuevos cambios se pretende no sólo reforzar el conocimiento práctico y actualizar el curriculum de las clases teóricas, sino también reducir los contenidos teóricos que no contribuyan a mejorar las capacidades de conducción y que hasta ahora debían aprender los alumnos para superar los exámenes, como por ejemplo los ya citados sobre mecánica o detalles acerca de las multas por saltarse un semáforo en rojo.
Otras medidas que se están estudiando son la construcción de parques de conducción -para las clases de los alumnos que jamás hayan conducido- más próximos al centro de las ciudades, para lo que serían sufragados con fondos públicos, o incluso introducir la práctica del uso de simuladores.
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