El primer ministro turco Recep Tayyip Erdoğan aseguró el lunes que está dispuesto a asumir cual tipo de riesgo para acabar con el problema del terrorismo en Turquía, principalmente a causa del conflicto con el grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que se prolonga desde hace casi 30 años y ha dejado tras de sí unos 40.000 muertos.
Durante un discurso ofrecido en un evento en la provincia oriental de Kayseri, Erdoğan dijo que no le importaría poner en riesgo su futuro político o incluso morir con tal de poner fin al terrorismo.
"Si me pidieran tomar veneno, también, incluso haría esto. Incluso aunque supiera que fuera a morir, o que mi carrera política se acabaría, estoy dispuesto a asumir todos estos riesgos, y tomaría ese veneno sin incluso considerar sus consecuencias", aseveró el primer ministro turco, dirigiéndose a varias organizaciones y representantes políticos locales, entre las que se incluían asociaciones de víctimas del terrorismo.
Críticas a la UE
En otras declaraciones realizadas el lunes a la prensa tras una reunión con embajadores de la UE en Ankara, Erdoğan volvió a criticar el proceso de negociaciones con la Unión para la adhesión de su país así como la postura ambigua o incluso tolerante que mantienen muchos estados de la UE con respecto a los grupos terroristas que operan en Turquía.
El mandatario turco recordó nuevamente que la primera solicitud de adhesión a la entonces CEE (Comunidad Económica Europea) databa de 1959, sólo un año después de la fundación de la organización. "Habiendo estado esperando a las puertas durante 54 años, Turquía ha estado sujeta a un proceso de negociación que ningún otro país ha tenido que hacer... Un proceso de entrada que se suponía debía ser puramente técnico, ha estado altamente politizado", insistió Erdoğan, quien no obstante dijo que Ankara seguiría tomando las medidas necesarias para entrar en la UE y reconoció que el proceso también se había interrumpido en ocasiones por factores internos, como los golpes de estado sufridos por Turquía en el pasado.
"Turquía estuvo sujeta a un golpe militar un año después de su primera solicitud. Luego hubo otros golpes, en 1971, 1980 y 1997. Luego hubo varias crisis económicas y (Turquía) perdió su prosperidad (económica). El terrorismo separatista (del PKK) también interrumpió los avances democráticos (de Turquía)", añadió Erdoğan.
"Sin embargo, dinámicas externas, tanto como dinámicas internas, también jugaron su papel. Intentamos mantener un delicado equilibrio entre democracia y seguridad, pero fuimos repetidamente criticados por la Unión Europea cuando intentábamos llevar a cabo reformas", recordó el primer ministro turco.
"Resulta inaceptable para ellos (los estados miembros de la UE) que no se distancien de la organización terrorista (PKK) mientras nos critican sin piedad. Doy las gracias a esos estados y líderes (de la UE) que amablemente contribuyen a nuestra lucha contra el terrorismo, pero quiero repetir que queremos ver la solidaridad y la cooperación contra el terrorismo en toda Europa", dijo Erdoğan.
Las reiteradas críticas de Erdoğan hacen referencia a varios casos relacionados con las actividades de miembros y organizaciones terroristas como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) o el Frente Revolucionario para la Liberación del Pueblo (DHKP/C) en suelo europeo. Turquía ha acusado a menudo a varios países de la UE de hacer la vista gorda ante la presencia de estas organizaciones en su territorio, incluyendo sus actividades de propaganda, reclutamiento de nuevos miembros, y recaudación de fondos.
Así ocurrió con una de las militantes nacionalistas kurdas asesinadas el pasado 9 de enero en París, que tenía una orden internacional de búsqueda emitida por la Interpol de la que las autoridades francesas hicieron caso omiso pese a las notificaciones del gobierno turco sobre la presencia en su territorio. Igualmente el terrorista suicida que se inmoló el 1 de febrero a la entrada de la Embajada de Estados Unidos en Ankara había huido años atrás de Turquía y se encontraba residiendo desde entonces libremente en Alemania, sin que las autoridades germanas tomaran medidas o notificaran a Ankara su salida del país con dirección a Turquía, que se produjo poco antes de cometer el atentado.
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