19 bomberos de élite fallecieron en un incendio activo desde el viernes a unos 120 kilómetros al noroeste de la ciudad estadounidense de Phoenix, en el estado norteamericano de Arizona, después de que las llamas los rodearan cuando intentaban crear un perímetro de seguridad, en lo que se considera ya como el incendio forestal más mortífero de los Estados Unidos en los últimos 30 años.
La tragedia se produjo cuando el equipo de lucha contra incendios trataba de sofocar las llamas de un incendio que permanecía activo desde el pasado viernes en la colina de Yarnell, avivado por los fuertes vientos y las altas temperaturas, que el domingo había consumido ya cerca de mil hectáreas obligando a evacuar a cientos de personas y más de medio centenar de viviendas de la zona.
Los bomberos estaban tratado de crear un cortafuegos y establecer una vía de escape de las llamas cuando estas superaron la barrera y les alcanzaron, posiblemente impulsadas por el viento y porque la franja excavada no fue lo suficientemente ancha para las condiciones del incendio. Al parecer el personal trató de desplegar una especie de refugios de emergencia contra el fuego pero finalmente estos no fueron suficientes frente a la intensidad de las llamas, que acabaron con sus vidas, según indicaron fuentes del departamento forestal del estado de Arizona.
La gobernadora de Arizona, Jan Brewer, calificó lo ocurrido como “un día oscuro como pocos puedo recordar” en un comunicado emitido tras conocerse la noticia. “Pueden pasar días o más antes de que una investigación revele cómo ocurrió esta tragedia, pero en esencia en nuestros corazones ya sabemos lo que pasó: la lucha contra incendios es un trabajo peligroso”, declaró.
Según la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego de Estados Unidos una tragedia similar tuvo lugar en 1994 en el estado de Colorado, cuando 14 bomberos murieron en otro incendio forestal al verse envueltos por una súbita explosión de fuego.
0 Comentarios