Aylin Kotil, más conocida como “la mujer caminante”, llegó el jueves a la afueras de Ankara tras 450 kilómetros recorriendo a pie la distancia que separa Estambul de la capital, con el objetivo de reclamar que se reduzca la barrera electoral del 10% de los votos para que los partidos políticos obtengan representación parlamentaria.
Kotil, militante del CHP –principal partido de la oposición en Turquía- inició su marcha el pasado 8 de julio desde la estación de tren de Haydarpaşa en Estambul y llegó el jueves al distrito de Kazan, a las afueras de la capital, donde fue recibida por varias personas incluyendo miembros del CHP.
El lunes, tras 22 días de marcha, tiene previsto llegar hasta la sede de la Asamblea Nacional Turca en Ankara, donde se reunirá con representantes de los cuatro grandes partidos del parlamento y les entregará un manifiesto pidiéndoles que se reduzca la barrera electoral del 10% vigente en Turquía, una de las más altas del mundo y que, tal y como Kotil denuncia, impide que exista una verdadera representación de la voluntad expresada por los ciudadanos en las urnas.
“Durante la marcha, he visto que la gente está más interesada en la democracia que los políticos. He visto que la gente que menos te esperas está en contra de la barrera electoral. Turquía se ha vuelto más democrática”, subrayó Kotil nada más llegar a Kazan en declaraciones a la prensa.
“Éste es un gobierno que habla mucho de democracia, pero si no reducen la barrera electoral (del 10%), no deberían volver a hablar nunca más de la democracia. Sería hipocresía. Caminaré hasta Bruselas si es necesario”, afirmó la mujer, cuya gesta ha tenido eco en numerosos medios de comunicación del país y ha despertado una gran expectación entre muchos ciudadanos, que se han solidarizado con su causa.
Como ejemplo Kotil pone los datos de las elecciones de 2002 en las que ganó por primera vez el actual partido gobernante, el AKP; 14 millones y medio de votos de los 31,5 millones de ciudadanos que votaron fueron desechados porque los partidos a los que fueron dirigidos no lograron alcanzar el 10% necesario para obtener representación en la Asamblea Nacional, lo que según denuncia esta activista es una injusticia que hace que mucha gente al final no se moleste en participar en las elecciones porque sabe que su voto no se va a contar e irá para el partido más votado.
“Como resultado de la barrera electoral, el partido gobernante siempre consigue más escaños de los que realmente ha logrado. Mi marcha pretende cambiar este sistema y resolver esta injusticia”, destaca Kotil refiriéndose al desorbitado límite electoral vigente en el país euroasiático, impuesto tras el golpe de Estado de 1980 para favorecer la gobernabilidad y que últimamente ha vuelto a estar en la actualidad de la agenda política del país, pese a que el primer ministro Erdoğan ya ha reiterado que no tiene intención de reducirlo.
Con el espíritu del Gezi Park
Cada día Kotil se levantaba bien temprano y comenzaba a caminar a las 5:30 de la mañana para evitar las horas de más calor del día; tras descansar unas pocas horas y comer lo suficiente –sobre todo alimentos muy energéticos- para compensar el esfuerzo físico, reanudaba la marcha por la tarde hasta completar unos 20 kilómetros diarios. Una de sus mayores preocupaciones ha sido no sólo el tiempo caluroso, sino también el hecho de caminar sobre asfalto, lo que unido al calor ha supuesto en ocasiones una auténtica tortura para sus pies.
Pese a todo esta activista destaca la buena experiencia y cómo a menudo se ha encontrado con muestras inesperadas de cariño y solidaridad. Gente que le ofrecía flores, la invitaba a comer o a descansar en su casa, o que incluso se ofrecía a acompañarla durante su larga marcha. Algunas personas, especialmente las más jóvenes, han estado acompañándola durante varios días en su caminata.
“Es algo increíble”, subrayaba Kotil días atrás. No obstante ella misma destaca que su mayor apoyo ha sido su marido, que se ha ocupado de estar pendiente de ella y proporcionarle cualquier cosa que necesitara, desde comida o ropa hasta música para escuchar durante el recorrido.
Preguntada por qué le llevo a tomar esta iniciativa, Kotil asegura que su preocupación por la excesiva barrera electoral vigente en Turquía no es nada nuevo, y que pensando en qué hacer se le ocurrió esta idea. Si bien reconoce que es la primera vez que se embarca en una acción de esta envergadura, añade que las protestas por el Gezi Park –en las que también participó activamente- fueron las que llevaron a muchas personas, incluyendo a ella misma, a decir “Ya basta” y pasar a la acción.
“Ese espíritu (del Gezi Park) fue el que me hizo decir: voy a caminar”, afirma Kotil, quien no obstante ni siquiera informó a los medios de comunicación de su acción y aún se sorprende de la repercusión que ha tenido su iniciativa. "Nunca pensé que atraería una atención tan enorme cuando comencé a andar".
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