Un terremoto de magnitud 5,3 en la escala Richter sacudió el martes por la mañana la costa norte del Mar Egeo, al noroeste de Turquía, causando algunas escenas de pánico en varias provincias de la región aunque sin provocar heridos ni daños de consideración.
Según datos del Observatorio Sismológico Kandilli de la Universidad del Bósforo de Estambul, el seísmo se produjo a las 8:33 hora local (7:33 CET) a una profundidad de sólo 9,8 kilómetros, lo que multiplicó su intensidad. Su epicentro estuvo situado en la isla turca de Gökçeada, situada frente a las costas de la provincia turca de Çanakkale.
El temblor pudo sentirse claramente también en varios puntos de las provincias de Estambul, Çanakkale, Tekirdağ, Bursa y Kocaeli, y provocó escenas de cierto pánico con muchas personas saliendo precipitadamente de los edificios hacia la calle por temor a que se produjeran derrumbes. No hubo sin embargo informes de heridos ni de daños materiales importantes.
El alcalde de Gökçeada, Yücel Atalay, declaró a la prensa que el terremoto pudo sentirse con fuerza en toda la isla y muy próximo a la superficie terrestre, aunque confirmó que las primeras pesquisas apuntaban a que no había causado heridos. Tras el seísmo inicial se produjeron en la misma zona más de una decena de réplicas en las tres horas siguientes, algunas hasta de magnitud 4.
Turquía es un país atravesado por varias fallas tectónicas activas y los terremotos de baja y moderada intensidad son un fenómeno relativamente frecuente en el país, especialmente en regiones como el Mármara, el Egeo y Anatolia Oriental. Los expertos consideran sin embargo que el seísmo del martes en Gökçeada no es alarmante y forma parte de la “actividad habitual” de las líneas de falla de la región.
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