La policía turca de tráfico inició el miércoles los primeros tests de drogas a conductores como parte de la nueva normativa de circulación, que impone fuertes multas e incluso penas de prisión a aquellas personas que conduzcan bajo los efectos de estupefacientes o sustancias ilegales.
Los agentes utilizan en los análisis un dispositivo electrónico capaz de reconocer hasta 190 tipos distintos de drogas, y para cuyo manejo han tenido que recibir unos cursos de formación. Para emplearlo es necesario tomar con un bastoncillo una muestra bucal de la saliva del conductor.
En caso de dar un resultado positivo, el infractor pierde su licencia para conducir durante cinco años y recibe una multa de 3.500 liras turcas (más de 1.300 euros); en caso de negativa a someterse a la prueba, el conductor puede ser multado con 2.000 liras -750 euros- y su licencia queda en suspensión durante un período de dos años.
Las muestras de saliva tomadas por la policía que den positivo en el test de drogas son almacenadas durante un mínimo de dos años como prueba judicial. No obstante el conductor tiene la opción de recurrir la sanción, aportando un informe favorable del Instituto de Medicina Forense que demuestre la ausencia de sustancias ilegales en su organismo.
0 Comentarios