Un tribunal de la ciudad de Eskişehir, al noroeste de Turquía, ha aceptado una demanda de la fiscalía del Estado pidiendo penas de prisión de por vida para los ocho sospechosos de estar relacionados con la muerte de Ali İsmail Korkmaz, quien murió el pasado mes de junio durante unas protestas relacionadas con el Gezi Park tras recibir una paliza en la calle.
Cinco de los acusados nombrados por la acusación pública permanecen en prisión preventiva, entre los que se encuentra un policía y cuatro trabajadores de una panadería local. Los otros tres implicados, que se encuentran en libertad bajo fianza, son también agentes de policía. Todos ellos están acusados de haber participado directa o indirectamente, “apoyando, permitiendo y facilitando” la muerte del joven, según explica la fiscalía.
Ali İsmail Korkmaz, un joven estudiante de 19 años de edad originario de la ciudad de Antakya, falleció el pasado 10 de julio en un hospital de Eskişehir tras haber sufrido una hemorragia cerebral a causa de la paliza que sufrió el 2 de junio, y después de pasar 38 días ingresado, la mayoría de ellos en estado de coma. Los agresores fueron identificados gracias a las grabaciones de unas cámaras de seguridad, pese a que las imágenes tuvieron que ser recuperadas por expertos de la policía tras haber sido borradas por los autores del crimen.
La muerte de la que fue considerada como la quinta víctima mortal de las protestas contra el gobierno por el Gezi Park que se desataron en toda Turquía a finales de mayo volvió a poner en el ojo del huracán a la policía, a la que muchos activistas acusan de haber consentido estas y otras agresiones y de incluso haber participado en ellas vestidos con ropas civiles.
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