En un duro informe publicado el miércoles y titulado “Protestas del Gezi Park: Negación brutal del derecho a la manifestación pacífica en Turquía”, la organización no gubernamental Amnistía Internacional (AI) acusa al gobierno turco de cometer violaciones de derechos humanos a escala masiva durante la represión de las protestas por el parque Gezi que se desataron el pasado verano.
“El intento de reprimir el movimiento de protesta del parque Gezi implicó una serie de violaciones de derechos humanos en grandísima escala. Entre ellas se encuentran la negación rotunda del derecho de reunión pacífica y la violación del derecho a la vida, a la libertad y a no sufrir tortura o malos tratos”, declaró Andrew Gardner, experto de Amnistía Internacional sobre Turquía, según un comunicado de prensa difundido por la organización.
AI denuncia además que el “paquete democratizador” anunciado el lunes por el primer ministro Recep Tayyip Erdoğan no aborda estas violaciones de derechos humanos ni adopta ninguna medida importante que garantice que no volverán a repetirse en el futuro. Además asegura que no se ha llevado a los autores de los abusos ante la justicia, y que por el contrario las medidas judiciales se han emprendido contra quienes participaron en las protestas.
El informe describe cómo el uso de gases lacrimógeno, cañones de agua, balas de plástico e incluso en algunos casos munición real, así como las agresiones a manifestantes, se saldaron con más de 8.000 personas heridas y varias muertes, tres de las cuales se han relacionado directamente con el uso abusivo de la fuerza por parte de la policía.
El informe presentado el martes por la ONG documenta, según explica la propia organización, brutales palizas propinadas a manifestantes y otras personas, un uso frecuente por parte de la policía de balas de plástico disparadas directamente a la cabeza y el torso de los manifestantes, uso de botes de gas lacrimógeno arrojados directamente contra manifestantes, transeúntes o, en ocasiones, edificios residenciales y centros médicos, o la adición de sustancias químicas irritantes al agua de los cañones. AI documenta además abusos sexuales contra mujeres manifestantes a manos de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, así como el uso de munición real, que causó la muerte a un manifestante.
“El nivel de violencia utilizado por la policía durante las protestas del parque Gezi muestra claramente lo que sucede cuando unos agentes de policía poco formados y poco supervisados reciben instrucciones de utilizar la fuerza –y son animados a no escatimarla–, sabiendo que probablemente nunca serán identificados o enjuiciados por los abusos que cometan”, declaró Gardner.
Amnistía Internacional solicita por último a los gobiernos y a los suministradores de material antidisturbios que impongan una prohibición inmediata de las exportaciones a Turquía, en particular las de gas lacrimógeno, pulverizadores de pimienta, balas de plástico y otros tipos de material, añadiendo que dicha prohibición debe permanecer vigente hasta que las autoridades turcas permitan una investigación independiente e imparcial sobre las denuncias de uso abusivo o arbitrario de la fuerza, y demuestren su compromiso de utilizar el material antidisturbios de acuerdo a los estándares internacionales.
Recientemente se sabía que el gobierno turco ha puesto en marcha una investigación contra cerca de 170 oficiales y jefes de policía en relación a un posible uso de la fuerza durante las protestas contra el gobierno desatadas en toda Turquía por el Gezi Park. La mayoría de los agentes sospechosos pertenecen a comisarías de las provincias de Estambul, Ankara, İzmir y Hatay. Oficialmente los incidentes por el Gezi Park dejaron seis víctimas mortales, incluyendo cinco manifestantes y un agente de policía.
Un tribunal de la ciudad de Eskişehir, al noroeste de Turquía, aceptaba la semana pasada una demanda de la fiscalía del Estado pidiendo penas de prisión de por vida para los ocho sospechosos de estar relacionados con la muerte del joven activista de 19 años Ali İsmail Korkmaz, quien murió el pasado mes de junio durante unas protestas relacionadas con el Gezi Park tras recibir una paliza en la calle. Cuatro de los implicados son agentes de policía.
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