El gran muftí de Arabia Saudí, máximo líder religioso musulmán de esta monarquía absolutista en el corazón de Oriente Medio, proclamó que la prohibición de que las mujeres puedan conducir forma parte del deber para proteger a la sociedad del Diablo, según unas declaraciones difundidas el jueves por la prensa recogiendo un discurso pronunciado por el Sheikh Abdul-Aziz al-Sheikh el día anterior en la ciudad santa de Medina.
Según el Sheik el debate sobre dar a la mujer el derecho en Arabia Saudí a poder ir al volante "no debería ser una de las principales preocupaciones de la sociedad", y apeló por contra a que se analice la cuestión "desde la perspectiva de proteger a la sociedad del Diablo", lo cual incluye según él prohibir a las mujeres conducir.
Sus polémicas palabras se producen en medio de un tímido movimiento reformista en la monarquía saudí, donde al menos 16 mujeres fueron detenidas en octubre por la policía religiosa por conducir durante una acción de protesta, siendo multadas y obligadas a prometer que acatarían las estrictas leyes religiosas del país bajo pena de un castigo más severo, que podría incluir latigazos.
El príncipe Mohammed bin Nayef, ministro del interior del país, habría prometido sin embargo estudiar la controvertida prohibición, que podría ser debatida en el Consejo de la Shura; éste es el principal órgano legislativo del país pero sin embargo no es elegido por los ciudadanos y sólo tiene un papel meramente consultivo para el rey, de quien dependería en última instancia un decreto que diera el derecho a las mujeres saudíes a conducir.
Arabia Saudí es una de las escasas monarquías absolutas que quedan en el mundo y sigue una corriente religiosa del Islam minoritaria pero radical conocida como wahabismo, que se caracteriza por su absoluto rigor en la aplicación de las leyes islámicas y por una interpretación estricta, puritana y prácticamente literal de los textos del Corán. Es el único país del mundo donde las mujeres no pueden conducir, y donde además están obligadas a cubrirse de pies a cabeza y a necesitar el permiso de un varón adulto para salir a la calle, viajar, trabajar o casarse.
En Arabia Saudí existe además la Mutawa, una especie de policía religiosa denominada también Policía para la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio, formada por miles de oficiales y voluntarios y cuyo único cometido consiste en hacer que todo el mundo cumpla estrictamente la interpretación de la ley islámica vigente en el país.
El gran muftí de Arabia Saudí ha despertado críticas internacionales por otras declaraciones, incluyendo las realizadas el año pasado cuando afirmó que las niñas podían contraer matrimonio a partir de los 10 años o que "todas las iglesias de la Península Arábiga deberían ser destruidas", lo que despertó profundas críticas de numerosos líderes religiosos de todo el mundo incluyendo la de Mehmet Görmez, máxima autoridad religiosa de Turquía, quien rebatió las declaraciones de Al-Sheikh diciendo que iban en contra de todas las enseñanzas del Islam sobre la tolerancia y la santidad de los templos de cualquier fe.
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