El presidente turco Abdullah Gül advirtió el miércoles al término de una reunión celebrada en Ankara con el presidente polaco Bronislaw Komorowski del peligro de que la crisis en Ucrania desemboque en una nueva Guerra Fría entre Rusia y Occidente, que según subrayó Gül sería peligrosa y no beneficiaría a ninguna de las partes.
"Debe evitarse la tensión, y los problemas deberían ser resueltos a través de la diplomacia. La legislación internacional debe ser respetada para (lograr) este fin", dijo el presidente de la República Turca durante la conferencia de prensa celebrada conjuntamente con Komorowski, que realizó una visita oficial al país euroasiático para conmemorar el 600º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Turquía y Polonia.
Gül volvió a insistir en que su país -al igual que Polonia- defiende la unidad política y la integridad territorial de Ucrania, incluyendo a Crimea, y destacó que tanto Turquía como Polonia tienen intereses en la región del Mar Negro y sienten preocupación por los últimos acontecimientos. El mandatario turco recordó además que Turquía fue uno de los primeros países en contactar directamente con el nuevo gobierno surgido tras la destitución el pasado mes del presidente ucraniano Viktor Yanukovich.
Un día antes, el martes, el primer ministro turco Recep Tayyip Erdoğan telefoneaba al presidente ruso Vladimir Putin para tratar la situación en Ucrania y las tensiones en torno a Crimea, una conversación en la que Erdoğan habría insistido en que eran los ucranianos quienes debían resolver los problemas de su país advirtiendo a Putin que la inestabilidad en el Mar Negro tendría amplias repercusiones en toda la región. Según fuentes diplomáticas de ambos países, los dos dirigentes acordaron intensificar los contactos a varios niveles entre Ankara y Moscú sobre esta cuestión, aunque el presidente ruso volvió a recurrir a defender el derecho de Rusia a proteger sus intereses y a la población rusa en Crimea.
La crisis en torno a Crimea continuó su escalada en las últimas horas después de que el jueves el parlamento de esta hasta ahora república autónoma de Ucrania votara mayoritariamente la separación para unirse a Rusia, convocando un referéndum en el plazo de sólo 10 días en el que se consultará a los ciudadanos de esta región si desean integrarse en Rusia o tener más autonomía dentro de Ucrania. Estados Unidos, que ha intentado sin éxito mediar en la disputa, ya ha aprobado varias sanciones contra Rusia, mientras la Unión Europea estudia medidas similares.
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