La jornada del martes dejó un trágico saldo de siete fallecidos en Turquía en sendos tiroteos que tuvieron lugar a la entrada de los tribunales de Çağlayan (Estambul) y Tokat (Mar Negro), aunque ambos sucesos no estuvieron relacionados entre sí.
En el Palacio de Justicia de Çağlayan, considerado el más grande de Europa y ubicado en el lado europeo de Estambul, un hombre abría fuego con un arma a la entrada de los juzgados contra una mujer, su guardaespaldas y un guardia de seguridad del edificio, causando la muerte de los dos primeros.
La mujer, de nombre Hanime Arslan y de 43 años, se encontraba al parecer en el lugar para presentar una demanda de divorcio contra su marido, al que acusaba de malos tratos y amenazas por lo que el Estado le había asignado desde hacía cinco años protección personal. Tanto la demandante como su guardaespaldas resultaron muertos prácticamente en el acto, mientras que el guardia de seguridad quedó herido de bala siendo posteriormente trasladado a un hospital.
Según informó la prensa turca la policía y el personal de seguridad del edifico lograron apresar en el lugar de los hechos al autor de los disparos, un individuo de 20 años de edad que resultó ser Dursun Zeyir, hijo de la propia mujer asesinada.
Cinco muertos en un ajuste de cuentas
Por último en la provincia de Tokat, en la región central del Mar Negro, cinco personas fallecían tiroteadas en el interior de un vehículo aparcado frente a la entrada de los juzgados locales después de que dos individuos armados abrieran fuego contra ellos.
Los autores de los disparos, que se rindieron posteriormente ante los agentes de policía que los rodearon, resultaron ser también en este caso familiares de los asesinados en lo que parece ser un ajuste de cuentas, ya que atacantes y víctimas eran respectivamente acusación y sospechosos en un juicio en marcha por un asesinato cometido por estos últimos en 2012.
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