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Política

El gobierno turco, preocupado tras el asesinato de un activista tártaro en Crimea

Ucrania crimea tartaros

20-03-2014 - 19:00 CET | Hispanatolia

El hallazgo hace unos días del cadáver con signos de tortura de un activista tártaro opuesto a la anexión de Crimea por parte de Rusia, ha vuelto a sembrar el temor entre la minoría tártara a nuevas represalias.

Ankara ha lanzado de nuevo la voz de alarma contra la situación de la minoría tártara en Crimea y su incierto futuro tras el anuncio de anexión de esta región ucraniana por parte de Rusia, después de que se haya confirmado la muerte de un activista tártaro con evidentes signos de tortura.

Reshat Ametov, de 30 años de edad, desaparecía el pasado 3 de marzo durante una protesta en la capital de Crimea, Simferópol, después de que testigos afirmaran haber visto como tres hombres que vestían chaquetas militares se lo llevaban a la fuerza.

Casi dos semanas después, coincidiendo con la celebración del referéndum independentista que la minoría tártara decidió boicotear, su cuerpo aparecía desnudo y con señales de haber sido golpeado y torturado a las afueras de Belogorsk, una localidad a 50 km al este de Simferópol, aumentando aún más el temor entre los miembros de la minoría tártara a sufrir represalias por su apoyo al gobierno de Kiev.

Ametov, cuya desaparición y muerte ha sido denunciada por organizaciones como Human Rights Watch, era uno de los activistas tártaros que más firmemente se había opuesto a la anexión por parte de Rusia de Crimea, lo que le ha valido a Moscú la condena de toda la comunidad internacional y el anuncio de sanciones por parte de la UE y Estados Unidos. El joven fue enterrado el martes 18 de marzo tras un funeral siguiendo el ritual musulmán, entre grandes muestras de dolor.

En un comunicado publicado al día siguiente, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía mostraba su inquietud por este suceso exigiendo a las autoridades una investigación completa y que se lleve a los responsables del crimen ante la justicia.

"Los turcos tártaros de Crimea, que han podido regresar a su tierra natal tras sufrir grandes agravios en la Historia, han estado expresando sus opiniones y demandas de forma pacífica. Encontramos inaceptable que nuestros parientes (tártaros) hayan estado expuestos a presiones y amenazas durante el proceso de 'referéndum' y posteriormente, y que hayan estado privados de seguridad a pesar de su actitud responsable", expresaba la nota oficial emitida desde Ankara.

El texto añadía que el gobierno turco ha estado recibiendo informaciones de numerosos casos de provocaciones y agresiones contra miembros de la comunidad tártara en Crimea, mostrando especial preocupación por las informaciones atribuidas a "autoridades oficiales" del gobierno independentista de Crimea según las cuales habría planes para expulsar a los tártaros de las zonas de esta península en las que actualmente habitan.

"Reiteramos nuestra esperanza de que las provocaciones que complicarían aún más la actual situación problemática en Crimea no vayan en aumento. Continuaremos siguiendo muy de cerca (los acontecimientos en la región) por la serenidad, el bienestar y la seguridad de los turcos tártaros de Crimea", concluía diciendo el comunicado ministerial.

Crimea fue parte del Imperio Otomano hasta su conquista a finales del siglo XVIII por parte del Imperio Ruso. Habitada históricamente en su mayoría por tártaros -un pueblo túrquico emparentado histórica, étnica y culturalmente con los turcos, y que profesa también el Islam sunní-, éstos fueron acusados por el régimen de Stalin de colaborar con los nazis y deportados masivamente en los años 40 hacia Asia Central, en un proceso en el que cerca de un millón de ellos murieron. Tras décadas de estigmatización y hostigamiento, se estima que actualmente quedan sólo unos 300.000 tártaros en Crimea, donde constituyen en torno al 12% de la población.

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