Las ruinas de la antigua ciudad de Éfeso, situadas en el oeste de Turquía a las afueras de la localidad de Selçuk, recibieron alrededor de tres cuartos de millón de visitantes durante los seis primeros meses de este año que dejaron unos ingresos próximos a los 4 millones de liras (cerca de 1.400 millones de euros), según datos del Ministerio de Cultura y Turismo.
Si bien Éfeso sigue liderando los lugares arqueológicos de Turquía por número de turistas e ingresos, el mayor incremento con respecto al año anterior se registró en la acrópolis de Pérgamo (Bergama), con 109.000 visitantes entre enero y junio que incrementaron los ingresos en un 106%: un auge que podría estar relacionado con su inclusión el pasado mes de junio en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad por parte de la UNESCO.
Paradójicamente Éfeso aún no está incluida en dicha lista, aunque las autoridades turcas aspiran a que pase a formar definitivamente parte de ella en 2015. Así lo afirmó Abdülaziz Ediz, director de cultura y turismo de la provincia de İzmir (donde se ubican ambos sitios arqueológicos), quien en declaraciones a la agencia Anatolia destacó que los ingresos procedentes del turismo se utilizan para los trabajos de mejora y restauración de estos históricos lugares. En este sentido, Ediz añadió que pronto estarían terminados los trabajos de rehabilitación en el Museo Arqueológico de Éfeso, ubicado a las afueras de Selçuk, que se han prolongado durante el último año y medio.
Fundada hace casi tres mil años, Éfeso fue en tiempos la capital de la provincia romana de Asia Menor, y albergaba en sus proximidades el Templo de Artemisa, una de las 7 maravillas del mundo antiguo, de la que hoy en día sin embargo apenas quedan restos. La ciudad fue sede también de una de las 7 iglesias de Asia y albergó el Concilio de Éfeso en el siglo V. Destruida en buena parte en el 614 d.C. por un terremoto, su importancia como centro comercial de la región comenzó a declinar a la par que la progresiva obstrucción de su puerto –hoy día convertido en un pantano- a causa de los sedimentos fluviales y el retroceso de la línea costera, que actualmente se encuentra a varios kilómetros.
Cuando los turcos selyúcidas la conquistaron en el año 1090, Éfeso era ya sólo una pequeña aldea, y en el siglo XV, ya bajo dominio otomano, fue abandonada por completo. Entre sus ruinas más visitadas por los turistas destacan la Biblioteca de Celso, el enorme teatro –con capacidad para 25.000 personas-, el Templo de Adriano, o el Ágora.
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