Más de 130.000 refugiados procedentes del norte de Siria, principalmente de etnia kurda, han cruzado desde el viernes la frontera turca huyendo de los combates en la región y el avance de las fuerzas del Estado Islámico (IS), según informó el lunes el vice primer ministro turco Numan Kurtulmuş.
“El número de sirios ha superado los 130.000”, confirmó Kurtulmuş a los periodistas desde Ankara, donde asistía a un simposio sobre las relaciones turco-japonesas organizado por el Centro para los Estudios Estratégicos de Medio Oriente. El vice primer ministro advirtió además que esta oleada de refugiados podría aumentar en los próximos días y que las autoridades turcas se estaban preparando para recibir al menos a otros 100.000 más.
“Si los ataques del IS continúan en la región de Kobane (al norte de Siria), Turquía podría afrontar una afluencia intensiva (de refugiados). Hemos tomado todas las medidas necesarias ante la eventualidad de una llegada continuada de personas desplazadas. Es algo que no deseamos, por supuesto, pero estamos listos”, explicó Kurtulmuş.
“Los refugiados están siendo registrados uno por uno en dos principales puntos de entrada en la frontera, de una forma mucho más organizada de lo que se estaba haciendo el sábado” dijo el vice primer ministro turco, añadiendo que las autoridades estaban reuniéndolos con sus familiares en Turquía o transfiriéndolos a otros lugares. “No hay necesidad de preocuparse, todos ellos están bajo control”, aseguró Kurtulmuş, que recordó que actualmente Turquía se ha situado como el tercer proveedor mundial de ayuda humanitaria a Oriente Medio, que alcanza ya los 4.000 millones de dólares.
Por su parte fuentes de la Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias de Turquía (AFAD) informaron a la prensa turca que la afluencia de refugiados sirios estaba siendo controlada y que la frontera estaba abierta, pero sólo en el paso fronterizo de Mürşitpınar para organizar mejor las llegadas. “Se ha abierto un único punto para los sirios desplazados, de forma que podamos llevar a cabo (organizadamente) controles de identificación, proporcionar primeros auxilios, y vacunar a la gente si fuese necesario”, dijo un responsable de la agencia.
El paso fronterizo de Mürşitpınar está situado al otro lado de la localidad fronteriza siria de Ayn al-Arab, conocida en kurdo como Kobane, donde las milicias kurdas del PYD han estado tratando de frenar el avance de los yihadistas del Estado Islámico por la región norte de Siria habitada mayoritariamente por kurdos, conocida en lengua kurda como Rojava. Se estima que Kobane, hasta ahora una zona a salvo relativamente de los combates en Siria, albergaba antes de esta última oleada de refugiados otros 200.000 desplazados procedentes de otros lugares del país.
La ONU pide ayuda urgente para Turquía
La representante en Turquía para el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) hizo el domingo un llamamiento urgente a la comunidad internacional para proporcionar ayuda a las autoridades turcas para lidiar con esta nueva oleada de desplazados que llegan hasta la frontera turca.
“Esto es una responsabilidad internacional. La pregunta es, ¿qué va a hacer la comunidad internacional para proporcionar apoyo y solidaridad a este país (Turquía) para garantizar la capacidad (de prestar asistencia a los refugiados)?”, dijo Carol Batchelor en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Anatolia, en las que alabó la política de “puertas abiertas” que Turquía ha mantenido desde hace tres años ante la llegada de sirios a sus fronteras.
“Turquía está albergando probablemente el mayor número de (refugiados) sirios. Hay ya 1,35 millones de sirios aquí. Ahora posiblemente más de 100.000 han llegado en los dos últimos días”, insistió Batchelor, para quien tal flujo de desplazados puede llevar al límite la capacidad humanitaria del más preparado de los países.
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