Un equipo de 16 científicos turcos viajará entre diciembre de 2014 y enero de 2015 a la Antártida, donde Turquía pretende establecer en los próximos años una base permanente de forma similar a otros países ya presentes en el continente helado.
Así lo confirmó en declaraciones recogidas por la medios turcos Abdurrahman Külünk, jefe del Centro de Investigación Científica Polar de la Antártida, donde explicó que los miembros de esta expedición han recibido un entrenamiento especial durante varios meses para adaptarse a las duras condiciones climáticas antárticas, y que tendrán acceso a las instalaciones que Rusia y Bulgaria poseen en la zona.
La base búlgara en la Antártida (la base San Kliment Ohridski) entró en funcionamiento en 1988, mientras que Rusia instaló su primera base permanente (la estación Bellingshausen) en 1968. Cerca de una treintena de países tienen instalaciones permanentes o que funcionan durante el verano en la Antártida, destacando Estados Unidos tanto por equipamiento como por su personal total en el continente, que ronda el millar de personas.
Según Külünk, la expedición científica organizada por Turquía para los próximos meses forma parte de un plan más ambicioso, que pasa por que el país euroasiático establezca su propia base científica permanente en la Antártida en un plazo máximo de cinco años, para lo que Turquía –uno de los países firmantes del Tratado Antártico- ya está desarrollando su infraestructura científica y planeando el diseño de la base.
El responsable turco añadió que entre 5 y 10 personas podrán vivir permanentemente en esa instalación, que podría ubicarse cerca de la actual base búlgara, situada en el fondeadero de Emona en la Isla Livingston. En esta misma isla se encuentra la base española Juan Carlos I, inaugurada en 1988 aunque opera sólo durante los meses del verano austral, entre noviembre y marzo.
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