Los bombardeos de la coalición liderada por Estados Unidos contra el Estado Islámico (IS) en Siria han servido para fortalecer al régimen del presidente sirio Bashar al-Assad, según afirmó el miércoles el antiguo embajador estadounidense en Siria Robert Ford.
“La campaña de ataques aéreos que empezó en septiembre en realidad ha perjudicado a la oposición moderada. Les ha desacreditado en la calle, porque nuestros ataques han tenido como objetivo territorios tomados por un grupo afiliado a Al-Qaeda, el Frente Al-Nusra, que ha estado luchando contra el régimen de Assad”, declaró Ford ante una reunión del comité de exteriores de la Cámara de Representantes.
“Las fuerzas del IS no estaban combatiendo a la oposición moderada, estaban luchando contra el régimen de Assad... En realidad, lo que hemos hecho ha sido jugar el papel de la fuerza aérea de Assad”, añadió Ford.
El secretario de Estado de EE.UU. John Kerry afirmó el lunes a este respecto que el régimen de Damasco y el Estado Islámico son fruto el uno del otro y son interdependientes. “Assad y el IS son simbióticos: el IS se presenta a sí mismo como la única alternativa a Assad, y Assad afirma ser la última línea de defensa contra el IS. Como resultado, ambos son más fuertes” explicó Kerry.
Washington ha insistido en las últimas semanas que si bien el objetivo de la operación de bombardeos no es derrocar a Assad, cualquier solución al conflicto que se ha cobrado más de 200.000 vidas en Siria pasa por su salida del poder.
Siria ha retrocedido a los años 80
Datos recientes revelados por expertos de Naciones Unidas señalan que tras casi cuatro años de guerra civil, iniciada cuando Assad reprimió brutalmente las protestas en la calle pidiendo reformas en el marco de la Primavera Árabe, han hecho retroceder a la economía siria más de 30 años, mientras la inflación ronda el 50%, la mitad de la población no tiene empleo, las importaciones y exportaciones han caído un 90%, y el gobierno cada vez depende más de la ayuda de países aliados como Rusia o Irán.
Antes del conflicto, Siria tenía un Producto Interior Bruto (PIB) mayor que el de otros países árabes como Túnez o Jordania, y poseía buenos índices de desarrollo en salud y educación. Actualmente sin embargo el PIB del país ha caído un 40%. “Siria, tal y como era, nunca volverá a existir. La economía será más pequeña, la población será más pequeña”, declaró Bassel Kaghadou, un responsable del programa de la ONU para la futura reconstrucción de Siria. Los expertos advierten que la reconstrucción del país llevará al menos una década, a lo que se suma la pérdida de toda una generación, sin estudios y marcada por la guerra: una situación que se agrava día a día mientras el conflicto sigue sin perspectivas de solución.
Naciones Unidas estima que en todo el país hay cerca de 11 millones de desplazados internos por el conflicto que necesitan ayuda humanitaria, y a ellos hay que sumar otros 3 millones de refugiados que han huidos a países vecinos como Turquía, Líbano o Jordania. Esta misma semana el ministro de exteriores turco Mevlüt Çavuşoğlu advertía que si Alepo –la segunda mayor ciudad del país- cae en manos de las fuerzas de Assad o del IS, hasta 3 millones de personas podrían huir a la vecina Turquía.
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