La aerolínea nacional saudí, Saudia, está planeando introducir una nueva normativa en sus vuelos que hará que hombres y mujeres no puedan viajar sentados juntos en sus aviones salvo que les una un parentesco, según informaron medios locales del país árabe.
La medida habría sido estudiada por la compañía aérea después de que algunos pasajeros se quejasen por el hecho de que otros hombres se sentasen en los vuelos junto a sus esposas. De confirmarse la nueva regulación, que está pendiente de ser ratificada oficialmente por el rey Abdullah, el personal de la línea aérea será el encargado de distribuir de forma separada a hombres y mujeres a bordo a menos que éstos estén emparentados o casados.
Arabia Saudí es una de las últimas teocracias y monarquías absolutistas del mundo, con unas prácticas del Islam basadas en el wahhabismo, una de las corrientes musulmanas más estrictas del Corán que lleva a interpretaciones radicalmente literales del mismo, y que está vinculada y apoyada por la dinastía real Saud.
Así por ejemplo otras prácticas inusuales que se llevan a cabo en Arabia Saudí en relación con los viajes en avión son la lectura de un verso del Corán antes del despegue, mientras que los vuelos internacionales de Saudia disponen de una zona especial reservada para poder realizar las oraciones diarias; además la compañía aérea no sirve a bordo alcohol ni productos que contengan derivados del alcohol o el cerdo.
La segregación por sexos es también un fenómeno habitual en la sociedad saudí, donde las mujeres necesitan a menudo del permiso de un hombre para viajar, trabajar o conducir; la propia aerolínea Saudia no emplea azafatas del país, sino que las contrata entre mujeres de otras nacionalidades.
Curiosamente un fenómeno parecido ocurre en Israel con los judíos ultra-ortodoxos del país, que representan un creciente e influyente grupo y que también promulga la segregación por sexos. Muchos de estos judíos más radicales han protagonizado recientemente incidentes a bordo de vuelos por negarse a sentarse junto a una mujer, como ocurrió el pasado diciembre en un vuelo entre Nueva York y Tel Aviv; en octubre, en un avión que realizaba el mismo trayecto, otro grupo decidió abandonar el aparato antes de despegar alegando el mismo problema. En septiembre, un vuelo de la aerolínea nacional israelí El Al Israel sufrió un retraso de 11 horas después de que otro grupo de pasajeros ultra-ortodoxos se negara a sentarse junto a las mujeres.
0 Comentarios