Un equipo de arqueólogos turcos ha comenzado los trabajos de restauración en las ruinas de la antigua ciudad de Anazarbus (Anavarza), ubicada cerca de la localidad de Dilekkaya en la provincia turca de Adana, en la costa sur del país.
Actualmente medio centenar de personas están trabajando desde hace dos meses bajo la supervisión del profesor Fatih Gülşen de la Universidad Çukurova de Adana, que en declaraciones a la agencia de noticias Anatolia confirmó que ya se han concluido prácticamente los trabajos en la avenida principal, de 2.700 metros de largo y jalonada de múltiples columnas. Al mismo tiempo en marzo tienen previsto iniciarse las labores de restauración de la puerta monumental de entrada a la ciudad, que ha sufrido desprendimientos a lo largo de los años, y en varias columnas rotas.
Gülşen destacó que Anazarbus (Anavarza, en turco) era una de las ciudades más grandes de su tiempo, gracias a su ubicación en una estratégica ruta y sus fortificaciones. “Cubre un área de 114 hectáreas, tiene un castillo, un arco del triunfo, un anfiteatro, un templo, baños y tumbas reales, así como acueductos y un estadio. Es por tanto una de las ciudades de la Antigüedad más grandes del mundo en términos de dimensiones y características”, insistió el profesor, añadiendo que una vez se completen las excavaciones en la acrópolis Anavarza se revelará como un “importante centro artístico y cultural”.
Anazarbus era una antigua ciudad cilicia ubicada al sur de Anatolia fundada por los asirios, si bien alcanzó su máximo esplendor bajo la dominación romana, cuando el lugar era conocido como Caesarea. Destruida por un terremoto en el siglo VI, fue reconstruida en 525 por el emperador bizantino Justino I y renombrada como Justinópolis, si bien siguió conservando su nombre original; para cuando el rey Thoros I la hizo capital del Reino Armenio de Cilicia en el siglo XII, la ciudad ya era conocida como Anazarva. Saqueada posteriormente por los cruzados, fue destruida finalmente por los mamelucos de Egipto en 1374.
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