Cuatro pilotos turcos fallecían a última hora del martes después de que dos cazas de las Fuerzas Aéreas de Turquía se estrellasen en la provincia oriental de Malatya durante un vuelo de entrenamiento, según confirmó posteriormente el propio ministro del interior, Efkan Ala.
Las aeronaves siniestradas, dos RF-4E utilizados por el ejército turco para vuelos de entrenamiento de sus pilotos, habían despegado de una base aérea militar de Malatya el martes por la tarde en una misión de práctica nocturna, pero se perdió el contacto con ellos cuando sobrevolaban el distrito de Akçadağ , según confirmó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Turcas (TSK) en su página web oficial.
“De inmediato se puso en marcha una operación de búsqueda; a las 20:45 (19:45 CET) fueron descubiertos los restos de dos aviones, y por desgracia cuatro pilotos se habían convertido en mártires”, explicaba el comunicado, empleando el término habitual en Turquía para los miembros de las fuerzas de seguridad que mueren en acto de servicio.
El dispositivo de búsqueda, en el que participaron equipos de la Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) e integrado también por ambulancias, bomberos y miembros de la gendarmería turca, se movilizó en la zona después de que habitantes de la región informasen a las autoridades que habían oído una gran explosión.
Por ahora se ha abierto una investigación y aún se desconocen los motivos exactos del accidente; no obstante fuentes citadas por algunos medios turcos apuntaron a que los dos cazas podrían haber colisionado en el aire. De ser así, una posible causa podría haber sido la densa niebla que había en la zona en el momento del siniestro, según apuntaron testigos locales, y que complicó también seriamente las operaciones de rescate.
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