El segundo capitán del carguero turco “Tuna-1” que fue bombardeado el domingo frente a las costas de Libia cuando transportaba un cargamento procedente de España, negó el martes que las fuerzas libias que les atacaron les advirtiesen antes de abrir fuego para que se alejasen de la zona.
El ataque se produjo a más de 20 kilómetros de las costas de la ciudad de Tobruk en aguas internacionales, y a consecuencia del mismo resultó muerto el tercer oficial del navío y heridos otros tres miembros de la tripulación, incluyendo un ciudadano turco y dos georgianos. Pese a sufrir graves daños, el barco consiguió llegar el martes a un puerto de la provincia de Muğla, en la costa turca del Egeo, donde fue sometido a una primera inspección por parte de las autoridades y los tripulantes prestaron declaración.
Precisamente era el segundo capitán del “Tuna-1”, Zafer Kalaycı, quien ante los medios y tras declarar ante la policía desmentía la versión aportada por las autoridades del gobierno provisional de Tobruk, que tras el incidente difundieron un comunicado diciendo que el barco había ignorado las advertencias para que se alejara de las costas de Libia.
“De ninguna forma nos advirtieron. Yo estaba al cargo entonces. Lo que pueden entender por advertencia es probablemente la primera bomba (que nos lanzaron)”, aseguró Kalaycı, quien explicó cómo el carguero fue atacado una segunda vez desde el aire pese a que tras el primer disparo de artillería había comenzado a alejarse de la zona. Incluso una hora más tarde, un segundo avión realizó un nuevo ataque contra el barco, que se encontraba ya a más de 30 kilómetros de la costa libia.
“Mientras estábamos reuniendo a la tripulación en la parte posterior del barco con nuestro tercer oficial, las bombas nos alcanzaron. Cuando nos cubrimos y huimos hacia el interior, él se vio en medio de las bombas y la metralla. Apagamos todas las luces del barco, y en silencio continuamos hacia Creta para salvar nuestras vidas”, relató Kalaycı.
El miércoles estaba previsto que un equipo de 11 expertos procedentes de Ankara llegase al puerto turco de Fethiye para examinar el barco. El lunes la Unión Europea ya expresó su preocupación por el ataque, mientras que Naciones Unidas mostró también su condena dando a entender que no era la primera ocasión en que se producía un ataque de este tipo, y pidió una detallada investigación de lo ocurrido.
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