Fatma, una niña refugiada siria de tres años de edad que resultó gravemente herida por un ataque con bombas de barril lanzado por el ejército sirio, será tratada en Turquía donde será sometida a varias operaciones para tratar de reconstruirle el rostro y su mano.
Así lo confirmaban el martes fuentes del hospital universitario Mustafa Kemal de la provincia turca de Hatay, al sur de Turquía, donde Fatma recibirá tratamiento y cirugía. “Fatma tendrá dos o tres operaciones. Nos centraremos en el tejido perdido en su cara y en el pelo. Tras las operaciones, el rostro de Fatma será como el que tenía antes”, explicó el doctor Mustafa Özkan del departamento de cirugía plástica del hospital tras examinar a la niña.
Fatma, que ahora forma parte de los cerca de dos millones de refugiados sirios acogidos en Turquía huyendo de la guerra en su país, sufrió hace siete meses graves quemaduras en su rostro a consecuencia de la explosión de una bomba de barril, un arma improvisada habitualmente utilizada por el régimen de Bashar al-Assad en sus ataques aéreos sobre zonas pobladas y muy criticada por organizaciones de derechos humanos por los extensos e indiscriminados daños que causa, principalmente en la población civil.
A consecuencia de la explosión, la menor sufrió también la pérdida de los dedos de una de sus manos. Aquello ocurrió hace siete meses, y tras el ataque Fatma y su familia huyeron cruzando la frontera turca para buscar refugio en el distrito fronterizo de Reyhanlı, en la provincia de Hatay.
Su padre, Husen Mahmut el-Ali, sólo tiene palabras de agradecimiento para Turquía por acogerlos y por tratar a su hija. “Esperamos el día en que mi hija se recupere. La gente está cuidando de nosotros, pueda Dios quedar complacido con todos ellos. Damos las gracias al presidente turco, al primer ministro y al pueblo turco. Vosotros siempre habéis sido nuestros hermanos”, declaró Husen a medios turcos.
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