El ataque incendiario cometido la semana pasada en una vivienda palestina de Cisjordania en la que murió un bebé de sólo 18 meses de edad fue cometido por un grupo extremista de colonos judíos que buscan acelerar la llegada del Mesías, según informaron medios de comunicación israelíes.
El incidente, que ha desatado la conmoción tanto de palestinos como de israelíes, se produjo el pasado viernes en la aldea de Kfar Douma, cerca de la ciudad cisjordana de Nablus, cuando la casa donde dormía el bebé y su familia ardió después de que un grupo de colonos judíos lanzara contra ella una bomba incendiaria. El matrimonio y su hijo mayor pudieron salvarse aunque con heridas graves, pero el bebé falleció víctima de las llamas.
Aunque la acción fue calificada de “reprobable y horrorosa” por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, las autoridades palestinas aseguraron que el gobierno de Israel era “totalmente responsable” por lo ocurrido, a causa de la impunidad con la que ha actuado durante décadas ante estos crímenes. Precisamente el martes, el gobierno hebreo anunciaba una política de mano dura contra este tipo de ataques dando luz verde a que los "terroristas judíos" reciban el mismo tratamiento que se daba hasta ahora a los sospechosos palestinos, incluyendo la violencia física durante la detención.
De acuerdo a algunos medios israelíes, el ataque del viernes habría sido cometido por las denominadas “Juventudes de la Colina”, considerada como la rama juvenil del grupo extremista religioso judío “El Precio” y autor de varios actos violentos contra los palestinos. Según las mismas fuentes, el objetivo declarado de esta organización sería aumentar la tensión en la región que acelere “la redención y la llegada del Mesías” que gobernará a toda la Humanidad, de acuerdo a la tradición hebrea.
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