Imágenes de satélite tomadas recientemente de las ruinas de la ciudad siria de Palmira parecen indicar que los restos del antiguo templo de Bel han sido arrasados, confirmando así los peores temores de los arqueólogos sobre el destino que había corrido este lugar, capturado hace unos meses por las fuerzas del autoproclamado Estado Islámico (IS).
Fuentes de Naciones Unidas anunciaban a última hora del lunes que las imágenes, tomadas antes y después de que el domingo informadores sobre el terreno indicasen que se había producido una gran explosión en el lugar, “confirman la destrucción del principal Templo de Bel así como de una línea de columnas en su inmediata proximidad”.
Erigido en el año 32 de nuestra era y consagrado al dios semita Bel, el templo estaba considerado por los expertos como una de las ruinas mejor conservadas de Palmira, reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Precisamente el domingo activistas de la oposición siria habían informado de una gran explosión en el área que podía haber afectado al templo.
Aunque numerosos restos arqueológicos fueron evacuados del museo de la ciudad antes de la llegada de los terroristas del IS, sus militantes han destruido varios monumentos en este importante lugar arqueológico desde su captura a finales de mayo de manos de las fuerzas del régimen de Bashar al-Assad. Hace sólo dos semanas miembros del Daesh (acrónimo en árabe del IS) decapitaban y colgaban de una columna a Khaled Assad, de 82 años de edad y que durante 50 años estuvo al cargo de la preservación de las ruinas de Palmira.
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