El presidente palestino Mahmud Abbas advirtió el martes de la posibilidad de una tercera Intifada tras las repetidas y crecientes violaciones por parte de Israel del complejo de la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén, uno de los lugares más sagrados para los musulmanes junto con las ciudades santas de La Meca y Medina.
“Lo que está ocurriendo es muy serio”, alertó Abbas durante una conferencia de prensa conjunta con su homólogo francés François Hollande desde París. El mandatario palestino, que señaló que una nueva Intifada “que no queremos” llevaría el caos a la región, acusó posteriormente desde Moscú al gobierno israelí de “intentar dividir la Mezquita Al-Aqsa entre musulmanes y judíos”.
Para los musulmanes, la Explanada de las Mezquitas y la Mezquita Al-Aqsa representan un lugar sagrado desde el que el profeta Mahoma subió a los Cielos; los judíos se refieren sin embargo al lugar como el Monte del Templo por estar ubicado en el lugar en que se encontraba el Segundo Templo de Jerusalén, destruido por los romanos en el año 70 d.C. durante la revuelta judía y del que el Muro de las Lamentaciones son sus restos actuales. La actual Mezquita Al-Aqsa estaría precisamente en el lugar que ocupaba el antiguo santuario judío.
En los últimos días se han repetido varios incidentes con tropas israelíes custodiando a grupos de colonos judíos ultranacionalistas entrando en la Explanada de las Mezquitas –algo considerado un sacrilegio por los musulmanes- o persiguiendo a los palestinos hasta la Mezquita Al-Aqsa, en la que llegaron a entrar causando importantes daños. Varios grupos extremistas judíos han pedido repetidamente la demolición de esta mezquita para construir en su lugar el llamado Tercer Templo.
La construcción del Tercer Templo
De hecho activistas palestinos han denunciado que estos extremistas gozan cada vez más del apoyo explícito del gobierno de Benjamin Netanyahu, que pretendería así crear una situación de caos y tensión “de facto” en este lugar sagrado de Jerusalén –que Israel considera su “capital eterna e indivisible”- para destruir la Mezquita Al-Aqsa y construir en su lugar el Tercer Templo de Salomón que, de acuerdo a la tradición judía, precedería la venida del Mesías y una Edad de Oro de mil años.
Fuentes palestinas indican que desde la formación del segundo gabinete de Netanyahu en 2009, las violaciones de la Explanada de las Mezquitas por parte de colonos judíos se han incrementado en un 2.000%; concretamente sólo este año, más de 7.500 colonos hebreos y unos 150.000 turistas judíos han entrado en el recinto.
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