Cazas de combate turcos abatieron el viernes un “vehículo aéreo” que se había internado en el espacio aéreo de Turquía cerca de la frontera con Siria, según informaron en un comunicado emitido el mismo día las Fuerzas Armadas Turcas (TSK).
“Hoy, un vehículo aéreo de nacionalidad desconocida fue detectado dentro de nuestro espacio aéreo en la frontera con Siria, y cuando continuó su rumbo pese a haber sido advertido tres veces, nuestro avión en misión de patrulla fronteriza abrió fuego y derribó el vehículo, en línea con las normas de confrontación (del ejército turco)” decía el comunicado, publicado en la web oficial de las TSK.
Poco después durante una conferencia de prensa en Ankara, el ministro interino de exteriores Feridun Sinirlioğlu informaba que la aeronave era un Vehículo Aéreo no Tripulado (UAV por sus siglas en inglés, más popularmente conocido como “dron”) que se había internado hasta 3 kilómetros en territorio turco antes de ser abatido y caer a tierra.
Aún se está investigando el incidente y por ahora se desconoce la nacionalidad del aparato; no obstante a mediados del pasado mes de mayo el ejército turco ya derribó otro dron de vigilancia aérea de nacionalidad siria que había violado el espacio aéreo de Turquía. Según varias informaciones publicadas en la prensa turca el dron sería un Orlan-10, un UAV de fabricación rusa utilizado por los ejércitos tanto de Siria y Rusia como por Irán.
Por su parte un portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashenkov, indicó que todos los aviones rusos que habían participado en ataques aéreos sobre Siria habían regresado a salvo el viernes a la base aérea de Hmeymim, a las afueras de Latakia, tras haber completado sus misiones. “Los drones rusos continúan sus vuelos de reconocimiento en los cielos de Siria según lo planeado”, añadió Konashenkov en declaraciones a los periodistas.
Rusia inició sus bombardeos aéreos sobre Siria el pasado 30 de septiembre respondiendo a una petición expresa de ayuda del régimen de Bashar al-Assad, exhausto tras cuatro años de guerra civil, con el pretexto de frenar el avance de las fuerzas del autoproclamado Estado Islámico (IS).
Sin embargo Estados Unidos y sus aliados, incluida Turquía, acusan a Moscú de centrar sus bombardeos en zonas bajo control de grupos de la oposición siria moderada en los que el IS no tiene presencia alguna, pero que son igualmente considerados por Assad como “grupos terroristas”.
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