La victoria del AK Parti en las elecciones parlamentarias celebradas el domingo ha dado la vuelta al panorama político que dejaron en Turquía las elecciones del 7 de junio, en las que el partido fundado por Recep Tayyip Erdoğan concurría por primera vez sin éste como candidato y que le llevaron a perder por primera vez la mayoría absoluta de la que había gozado desde su llegada al poder en 2002.
Tras meses de infructuosas negociaciones para formar gobierno, la convocatoria del 1N ha devuelto al AKP a la senda de la mayoría absoluta y lo hace con unas cifras no conseguidas desde 2011, la última vez que Erdoğan se presentó como candidato.
“Una victoria para la democracia”
El primer ministro turco y nuevo líder del AKP, Ahmet Davutoğlu, se presentó en la noche electoral ante su electorado en su provincia natal de Konya tras conocerse los primeros resultados -que ya apuntaban a una victoria rotunda de su partido- en lo que el hasta ahora primer ministro interino definió como “un día de la victoria para la democracia”.
“Esta victoria no es nuestra, sino de nuestro país y nuestros ciudadanos”, dijo Davutoğlu ante una multitud en Konya antes de partir hacia la capital, Ankara, donde ofreció otro discurso a miles de seguidores de su partido. “Hoy, vais a saludar a vuestros vecinos y a abrazarlos como hermanos más que nunca. No caigáis en la provocación”, añadió Davutoğlu, quien también tuvo palabras para los seguidores de otros partidos: “Hoy no hay perdedores. El único ganador es nuestro país, nuestra República, nuestra democracia”, subrayó.
El hecho no obstante es que el AKP ha conseguido casi 5 millones de votos más que en los comicios celebrados en junio –tras los que llegó a cuestionarse el recién estrenado liderazgo del propio Davutoğlu como sucesor de Erdoğan- y lo hace consiguiendo ser el partido más votado en todas las regiones administrativas del país; en su avance, el partido de Davutoğlu consiguió el domingo arrebatar a sus oponentes la mayoría en 7 provincias, incluyendo cuatro al CHP -Çanakkale, Zonguldak, Eskişehir y Mersin- dos al partido pro kurdo HDP –Kars y Ardahan- y una a los nacionalistas del MHP –Osmaniye- que se quedan así sin ninguna provincia como formación más votada.
Es precisamente en el MHP donde parece haber habido la mayor sangría de votos hacia el AKP; precisamente en Osmaniye, el AK Parti obtuvo el domingo el 46,65% de los sufragios, frente al 38,85% que recibió el pasado 7 de junio. En Kars el AKP supera ahora al HDP por sólo dos puntos de diferencia, pero en Ardahan la diferencia entre ambos partidos se disparó el 1 de noviembre hasta los 8 puntos, pasando el AKP del 26,76% de las papeletas que recibió en junio al 36,50% que ha obtenido ahora.
En cuanto a las provincias arrebatadas a los kemalistas del CHP, si bien en Mersin y Çanakkale la diferencia es mínima, en la provincia minera de Zonguldak el AKP remontó el domingo nada menos que 11 puntos respecto a junio hasta el 49,48%, frente al 36,03% del CHP. También a destacar la situación en Eskişehir, que alberga una importante población universitaria y donde hicieron mella las protestas contra el gobierno del Gezi Park en 2013: aquí, el AKP remonta siete puntos hasta el 43,4%, prácticamente igualando sus resultados de 2011 a costa en parte de arrebatarle votos al MHP, ya que el CHP se mantiene en los 210.000 votos -el 38% del total- que obtuvo en junio.
Por otro lado en Estambul, la provincia más poblada del país, el Partido de la Justicia y el Desarrollo obtuvo el 1 de noviembre nada menos que un millón de votos más, sacando al CHP 18 puntos de ventaja frente a los 12 puntos que sacó en junio al partido liderado por Kemal Kılıçdaroğlu, que no obstante recibió en esta ocasión 300.000 votos más. En Ankara la situación es peor para el CHP, ya que si bien respecto a junio iguala resultados como en Estambul no aumenta prácticamente sus votantes, mientras que el AKP dispara la diferencia respecto al 7J hasta los 8 puntos al recibir 300.000 votos extra.
Decepción en el HDP con los resultados
La decepción en la noche del domingo era patente especialmente entre las dos formaciones nacionalistas con representación parlamentaria: el MHP y el pro-kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP), cuya cúpula no dudó en las primeras horas en calificar de “decepcionantes” los resultados obtenidos tras nada menos que perder casi un millón de votos respecto a junio y apenas conseguir superar la barrera electoral del 10% para entrar en el parlamento; todo ello coincidiendo con el anuncio en julio por parte del PKK del fin de la tregua que mantenía desde 2013 y el repunte de sus actividades terroristas, especialmente en el sureste de Turquía.
Su co-presidente Selahattin Demirtaş, en una comparecencia de prensa desde su sede en Ankara, atribuía a última hora del domingo los malos resultados a lo que calificó como una persecución contra su partido en los últimos meses y una campaña electoral “injusta y desigual”. “Este período de cinco meses (desde las elecciones de junio) ha estado lleno de condiciones desiguales, injustas y extraordinarias para la campaña electoral del HDP”, confirmó por su parte la co-presidenta de la formación, Figen Yüksekdağ.
“Me gustaría dar las gracias a todos aquellos que votaron por el HDP”, subrayó pese a todo Demirtaş. “Aunque hemos perdido alrededor de un millón de votos, el HDP ha obtenido una gran victoria porque el número de votantes en estas elecciones se ha incrementado”.
Sensación de derrota en el CHP
Pese a lograr mejorar ligeramente sus resultados de junio con 600.000 votos más, la sensación en la sede y la dirección del Partido Republicano del Pueblo (CHP) era el domingo por la noche igualmente de derrota, sobre todo tras una campaña electoral en la que el partido se había esforzado especialmente confiando en que los resultados de junio se repetirían y que el CHP volvería ser un partido decisivo para formar gobierno.
Su líder, Kemal Kılıçdaroğlu, canceló el domingo una comparecencia pública prevista ante sus seguidores en Ankara y se espera que realice una rueda de prensa el lunes para analizar los resultados.
Rumores sobre la dimisión de Bahçeli en el MHP
Los nacionalistas turcos del Partido del Movimiento Nacional (MHP) son, en lo que se refiere estrictamente al número de votos, el gran perdedor de la jornada electoral del 1N en Turquía. A la fuga en los últimos meses de varios miembros importantes que han engrosado las filas del AKP –incluyendo el hijo del fundador del partido, Tuğrul Türkeş- hay que sumar lo que muchos analistas consideran un castigo de los electores por la postura inflexible adoptada por su líder, Devlet Bahçeli, durante las negociaciones para formar gobierno.
Tras perder el domingo dos millones de votos y quedarse con menos del 12% de los votos nacionales, el domingo había rumores insistentes sobre una posible dimisión –o petición de renuncia- de Bahçeli, aunque desde la cúpula del partido fueron desmentidos rápidamente.
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