La OTAN convocó una reunión de emergencia de sus 28 Estados miembros para las 17:00 horas del martes (16:00 CET) a petición de Ankara, después de que el ejército turco derribara un caza de combate ruso que se adentró en su territorio, según confirmaron fuentes de la Alianza Atlántica, indicando que el objetivo será informar a los aliados sobre las circunstancias del incidente. “La OTAN está siguiendo la situación muy de cerca. Estamos en contacto constante con las autoridades turcas”, dijo un responsable de la Alianza.
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Turcas (TSK) confirmó en un comunicado que el avión había sido abatido como parte de las normas de combate del ejército turco tras violar repetidamente su espacio aéreo en la región de Kızıldağ, cerca de la provincia fronteriza de Hatay. “Un avión de guerra de nacionalidad desconocida que violó el espacio aéreo turco sobre la región de Yayladağı de Hatay a las 9:24 (8:24 CET) fue advertido diez veces en cinco minutos”, decía el comunicado, añadiendo dos cazas F-16 que realizaban una patrulla fronteriza derribaron el aparato.
Si bien inicialmente la nacionalidad de la aeronave era desconocida, el Ministerio de Defensa de Rusia confirmaba posteriormente que uno de sus cazas SU-24 había sido abatido en la zona. “Hoy, un avión del grupo aéreo ruso en la República Árabe de Siria se estrelló en el territorio sirio, supuestamente derribado desde tierra”, indicó el ministerio en su página web. Moscú insistió además en que tenía pruebas de que el avión no había abandonado el espacio aéreo sirio.
El ejército turco hizo público también un análisis gráfico mostrando la ruta seguida por el avión, en el que se muestra cómo el aparato entre y sala repetidamente del espacio aéreo turco sobrevolando en su ruta el campo de refugiados de Yamadi, situado en Siria justo al otro lado de la frontera.
El caza acabó estrellándose en la región siria de Bayırbucak, habitada principalmente por turcomanos y donde la aviación rusa ha estado llevando a cabo en los últimos días intensos bombardeos para apoyar una ofensiva terrestre de las fuerzas de Bashar al-Assad. Según imágenes captadas por varios testigos, los dos pilotos del caza fueron vistos saltando del aparato antes de que éste se estrellara contra el suelo y dos helicópteros rusos fueron avistados sobrevolando la zona en su busca, si bien por ahora se desconoce su situación. Un portavoz de los grupos rebeldes turcomanos que combaten el régimen de Assad en la región afirmó que éstos habían matado a ambos pilotos disparándoles cuando bajaban en paracaídas; no obstante informaciones posteriores parecieron contradecir este hecho, y algunos medios publicaron que los dos pilotos estarían vivos y podrían ser trasladados a Turquía por los mismos rebeldes.
El jefe del Estado Mayor del ejército turco, el general Hulusi Akar, informó por su parte al presidente Recep Tayyip Erdoğan sobre la situación tras el incidente. Akar, junto con el ministro de exteriores Feridun Sinirlioğlu, informó también al primer ministro Ahmet Davutoğlu.
Rusia califica el incidente de “muy grave”
En un comunicado emitido poco después por el Kremlin, Rusia evitó pronunciarse sobre lo ocurrido a la espera de una investigación si bien un portavoz del presidente ruso Vladimir Putin calificó lo sucedido como “un incidente muy grave”.
“Hasta ahora, no hemos oído del Ministerio de Defensa las razones de la caída de nuestro avión de combate. Sabemos seguro que el avión estaba en el espacio aéreo sirio, sobre territorio de Siria”, afirmó Dmitry Peskov, quien pidió paciencia hasta que se esclarezcan los hechos.
Posteriormente Putin, en declaraciones televisadas, calificó el derribo del avión ruso como una “puñalada en la espalda” por parte de Turquía, a la que acusó además de ser “cómplice de terroristas” y de proteger al Daesh. Putin, que insistió en la versión de que el caza ruso no violó el espacio aéreo turco, advirtió que habría “serias consecuencias” para lo que definió como un “crimen” por parte de las autoridades turcas.
Turquía por su parte convocó el martes de urgencia a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores al encargado de negocios de la embajada rusa en Ankara, dado que el embajador Andrey Karlov se encuentra actualmente en Estambul preparando la visita del ministro de exteriores ruso Sergei Lavrov al país. El ministerio de defensa ruso hizo lo propio con el agregado de defensa turco en Moscú.
Esta no es sin embargo la primera vez que ambos países se ven enzarzados en tensiones por violaciones del espacio aéreo, si bien hasta ahora las acciones se habían saldado con advertencias por parte del ejército turco. El último incidente serio tuvo lugar el pasado 5 de octubre, cuando Ankara convocó de urgencia al embajador ruso después de que un caza SU-30 se internara cerca de un kilómetro también en el distrito de Yayladağı de la provincia fronteriza de Hatay. En aquel entonces Turquía ya advirtió que Rusia sería considerada responsable de “cualquier incidente no deseado” que se produjera en el futuro si se repetía una violación de su soberanía.
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