El gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y el principal partido de la oposición en Turquía, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), alcanzaron un principio de acuerdo el miércoles para trabajar conjuntamente en la elaboración de una nueva constitución para el país, durante una reunión en la que ambas formaciones también acordaron cooperar para acelerar la adopción de la legislación exigida por parte de la Unión Europea.
A la reunión en Ankara, que se prolongó durante más de dos horas, asistieron el primer ministro y líder del AKP, Ahmet Davutoğlu, y el secretario general del CHP Kemal Kılıçdaroğlu, como parte de los contactos que el primero ha iniciado con las principales fuerzas de la oposición para recabar apoyos para la elaboración de una nueva carta magna, para lo cual se necesita el apoyo de 367 de los 550 diputados de la Asamblea Nacional Turca, 50 más de los que dispone actualmente por sí solo el AK Parti.
“Hay un acuerdo total entre los dos partidos para que Turquía se libre de esta constitución (actual), un producto del golpe militar (del 12 de septiembre de 1980), y cree una nueva constitución”, declaraba el miércoles en una conferencia de prensa posterior a la reunión el vice presidente y portavoz del AKP, Ömer Çelik.
“La nueva constitución será la tarjeta de identidad de Turquía. Será también una hoja de ruta para Turquía hacia (los objetivos para) 2023”, dijo Çelik en referencia al primer centenario de la fundación de la República Turca. El portavoz del AKP además dio las gracias al principal partido opositor por la buena y cálida recepción ofrecida por el CHP a la delegación del AKP encabezada por Davutoğlu, añadiendo que los líderes de ambos partidos habían acordado reunirse con más frecuencia para intercambiar sus opiniones sobre la actualidad política.
Por su parte el portavoz del CHP Haluk Koç confirmó durante otra rueda de prensa el consenso alcanzado sobre la necesidad de elaborar una nueva constitución “para alcanzar unos estándares altos de democracia”. “Hemos propuesto la reanudación de la comisión parlamentaria de conciliación que funcionó en anteriores legislaturas, con la participación de todos los partidos políticos representados con un número igual de diputados. Hemos propuesto la continuación de esta labor, que llegó a un acuerdo sobre unos 60 artículos, excepto aquellos relativos a la descripción del poder ejecutivo”, añadió Koç.
Precisamente es en la definición del poder ejecutivo donde la elaboración de una nueva constitución ha encontrado uno de sus principales obstáculos; así, mientras que el AKP defiende sustituir el actual sistema por un modelo presidencial, la postura defendida por el CHP –y que mantuvo en la reunión del miércoles- es seguir apoyando el actual sistema parlamentario.
“Creemos que el sistema presidencial es más útil para Turquía. El CHP (por el contrario) cree que el sistema parlamentario servirá mejor a Turquía”, reconoció Çelik ante los periodistas. “El principal punto de nuestras discusiones debería ser acerca de cuál de estos sistemas proporcionará una mejor implementación de las libertades y derechos fundamentales, la independencia judicial y el papel del parlamento. Hablemos del fondo, no de las definiciones”, insistió el portavoz del AKP, quien no obstante subrayó que el objetivo es buscar el mayor consenso posible y que queda por ver la posición que adoptarán los nacionalistas del MHP.
Uno de los acuerdos alcanzados entre ambos partidos, que juntos suman 451 de los 550 diputados de la Asamblea Nacional Turca, ha sido la supresión de toda la legislación y disposiciones elaborados por la junta militar que instigo el golpe de 1980. “Nuestro Ministerio de Justicia ha comenzado recientemente a trabajar para identificar todos estos artículos, leyes y otras regulaciones elaborados por la junta. Pronto se los presentaremos al CHP, y los responsables de ambos partidos comenzarán a trabajar sobre ellos”, aseguró Çelik.
Entre las leyes producto del golpe de Estado de 1980, el portavoz del CHP citó por su parte la ley de partidos políticos o la barrera electoral del 10% para que un partido obtenga representación parlamentaria (una de las más altas del mundo), entre otras cuya supresión ambos partidos consideran imprescindible para fortalecer la democracia turca y librarla de la sombra de los años de la dictadura militar.
“Turquía debe dejar atrás la vergüenza de la constitución del golpe de 1980. Además de eso, tenemos que librarnos de las regulaciones relacionadas con el golpe. Para crear una democracia de primera clase, la (actual) constitución del golpe de Estado debe ser eliminada. Hay un acuerdo (entre CHP y AKP) sobre esta cuestión”, remarcó Koç.
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