Dos policías murieron y otras 35 personas resultaron heridas, entre ellas varios civiles, después de que un coche bomba colocado por militantes del grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) explotara en la madrugada del viernes junto a un edificio que albergaba viviendas para familias de policías en el distrito de Nusaybin, en la provincia fronteriza de Mardin, al sureste de Turquía.
El atentado se produjo en torno a las 5:45 horas (4:45 CET) del viernes contra un edificio de la delegación de tráfico de la policía de Nusaybin en el barrio de İpekyolu, situado a las afueras de esta localidad ubicada a sólo unos cientos de metros de la frontera con el noreste de Siria. Fuentes de la oficina del gobernador de Mardin confirmaron que la explosión inicial fue provocada por un vehículo cargado de explosivos, y que seguidamente los terroristas abrieron fuego con armas automáticas y lanza granadas, iniciándose un intenso tiroteo entre los militantes armados y las fuerzas de seguridad que custodiaban el lugar.
Dos agentes de policía murieron en el atentado, mientras que al menos otras 35 personas resultaron heridas, incluyendo dos civiles y numerosos familiares de los policías que se alojaban en el edificio, que sufrió un incendio a causa de la explosión del coche bomba. Todos ellos fueron trasladados a hospitales de la zona donde continúan recibiendo tratamiento.
Abierto un procedimiento para levantar la inmunidad de los dirigentes del HDP
Mientras tanto el Ministerio de Justicia presentó el viernes un procedimiento de sumario para levantar la inmunidad parlamentaria contra los dos co-presidentes y diputados por la formación nacionalista kurda Partido Democrático de los Pueblos (HDP) y otros tres parlamentarios de la formación.
El sumario incluye a los dos co-presidentes del partido, Selahattin Demirtaş y Figen Yüksekdağ, además de a los diputados Selma Irmak, Sırrı Süreyya Önder y Ertuğrul Kürkçü, y se produce en relación a una polémica “declaración de autonomía” unilateral realizada durante una reunión de organizaciones y partidos vinculados al nacionalismo kurdo en Diyarbakır a finales del año pasado.
La oficina del Fiscal Jefe de la República en Diyarbakır inició una investigación contra los políticos del HDP por “incitación abierta a la violencia” y “pertenencia a banda armada”, además de los de “apología del terrorismo”, “incitación a cometer un crimen”, “ataque al orden constitucional” y “fomento de la sedición”, entre otros.
Las polémicas declaraciones tuvieron lugar en un congreso celebrado en el sureste de Turquía entre el 26 y el 27 de diciembre, donde los asistentes presentaron una declaración final llamando al establecimiento de “regiones autónomas y democráticas” como solución al problema kurdo; los asistentes se refirieron también a los enfrentamientos de militantes del PKK con las fuerzas de seguridad turcas como “insurgencia legítima” y apoyaron la colocación por parte de éstos de trincheras y barricadas en barrios de varias ciudades de la región para impedir el acceso de las autoridades.
“Esta resistencia acabarán con una victoria, y todo el mundo respetará la voluntad del pueblo. Los kurdos serán, a partir de ahora, el poder político en su propia región. Durante estos días en los que un histórico punto de ruptura está emergiendo, nuestro pueblo decidirá si vivir en una dictadura o en libertad”, dijo entonces el líder del HDP apoyando la “insurgencia” en varias ciudades de las milicias del PKK. “Hemos tomado una decisión sobre eso. El Kurdistán será una realidad en el próximo siglo”, añadió Demirtaş.
Precisamente la fiscalía abría el lunes otra investigación contra Demirtaş y contra Kamuran Yüksek, el co-presidente de la formación gemela del HDP, el Partido Democrático de las Regiones (DBP), después de que ambos dieran una rueda de prensa llamando a los habitantes de Diyarbakır a desafiar el toque de queda impuesto desde hace tres meses en el distrito de Sur de la ciudad –donde fuerzas especiales de la policía turca combaten casa por casa a los militantes del PKK- en una marcha convocada para el miércoles.
El llamamiento de ambos dirigentes se topó sin embargo con una respuesta muy pobre: apenas unos pocos cientos de jóvenes simpatizantes de ambas formaciones se concentraron finalmente al mediodía del 2 de marzo frente a las murallas de la antigua ciudadela –que marcan el límite del distrito de Sur- y fueron finalmente dispersados por la policía tras enfrentarse a las fuerzas del orden. Un total de 33 personas fueron detenidas en los incidentes, en los que además fueron confiscados 35 artefactos explosivos caseros, 25 pistolas y un rifle.
En declaraciones realizadas a la prensa bajo anonimato, muchos habitantes locales expresaron en privado su malestar con la convocatoria y su rechazo a más violencia y protestas en las calles, donde la colocación de trincheras y barricadas por parte de los militantes armados del PKK desde hace meses ha alterado la vida diaria de la población local. En un comunicado, el gobernador de Diyarbakır agradeció públicamente el “sentido común” mostrado por los ciudadanos al rechazar sumarse a una convocatoria organizada “con el pretexto de (protestar contra) las operaciones contra el PKK”.
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