Ankara ha protestado enérgicamente ante el gobierno belga por permitir que simpatizantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo incluido en la lista de organizaciones terroristas internacionales de la Unión Europea, instalaran durante varios días una carpa propagandística en Bruselas.
El domingo el embajador belga en Turquía, Marc Trenteseau, fue convocado a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores en Ankara para protestar por el hecho de que las autoridades belgas permitieran la colocación durante varios días de una carpa del PKK en pleno centro de la ciudad, que además de capital de Bélgica es la principal sede administrativa de la UE. Trenteseau fue informado de la queja del gobierno turco, que urgió a las autoridades belgas a retirar de inmediato el stand del grupo terrorista y poner fin a sus actividades en Bélgica.
A su vez el ministro de exteriores turco Mevlüt Çavuşoğlu mantuvo el mismo día una conversación telefónica con su homólogo belga Didier Reynders, en la que le transmitió el malestar en Turquía por unos hechos que consideró “inaceptables”, después de que el jueves el gobierno de Bélgica autorizara la colocación de la carpa en pleno centro de Bruselas y a pocos metros del lugar donde se celebró la cumbre entre Turquía y la UE centrada en la crisis de los refugiados.
Pese a que las banderas del PKK fueron retiradas a instancias de las autoridades locales poco antes de la llegada a Bruselas del primer ministro turco Ahmet Davutoğlu, fueron de nuevo colocadas después de que éste abandonara la capital europea.
“Esto no tiene nada que ver con la libertad de expresión o el derecho a reunión”, dijo Çavuşoğlu en referencia a la justificación de las autoridades belgas para permitir la instalación de la carpa. El ministro de exteriores turco recordó que el PKK al igual que el Daesh es una organización terrorista reconocida por la propia UE, responsable de varios atentados en Turquía que se han cobrado miles de víctimas, y pidió que se ponga fin a cualquier distinción entre organizaciones terroristas.
El lunes la agencia de noticias turca Doğan informó que un incendio cuyas causas se desconocen quemó el domingo por la noche parte de la carpa, que permanecía desde el jueves ubicada frente a la misma sede del Consejo Europeo en Bruselas. Desde horas antes no obstante el lugar había sido evacuado a raíz de las protestas del gobierno turco y estaba bajo vigilancia de la policía, que poco después procedió a apagar el fuego.
Ankara denuncia el doble rasero de Europa con el terrorismo
A raíz de esta polémica el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan arremetió duramente el domingo contra las instituciones de la UE por su política de tolerancia hacia el PKK, permitiendo que simpatizantes de la organización desplegaran una parca con posters, banderas del grupo e imágenes de su líder, Abdullah Öcalan.
“Ya veis lo que está ocurriendo en la Unión Europea. El primer ministro Ahmet Davutoğlu fue a las negociaciones con la UE, y el PKK puso una carpa detrás del edificio donde tenían lugar las negociaciones”, dijo Erdoğan durante una conferencia televisada con estudiantes universitarios en Estambul, en la que respondiendo a sus preguntas se cuestionó por qué en Europa se juzgan de forma distinta los atentados terroristas perpetrados en Turquía respecto a los ocurridos en París, por ejemplo.
El primer ministro Davutoğlu también expresó abiertamente el viernes a la prensa su “profunda decepción” por la posición respecto del PKK de varios países de la UE. “Mientras estábamos llorando la muerte de 35 civiles que fueron asesinados en un atentado terrorista, se permitía a gente de la misma organización terrorista (que perpetró el atentado de Ankara) colocar sus tiendas y ondear sus banderas justo frente al exterior de este edificio (del Consejo Europeo)”, señaló.
Los dos recientes atentados terroristas en Ankara, cometidos por una de las numerosas organizaciones agrupadas bajo el paraguas del PKK -los Halcones del Kurdistán Libre (TAK)-, dejaron en total unos 65 civiles muertos además de cientos de heridos. En ambos casos la técnica empleada fue un terrorista suicida, militante del PKK, que se inmoló en un coche bomba. Las autoridades turcas sospechan además que en ambos ataques el PKK contó con la colaboración del PYD/YPG, considerado como la rama siria del grupo pero que Estados Unidos -a diferencia del PKK- no considera una organización terrorista.
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