El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán denunció el miércoles en un comunicado oficial hasta 115 violaciones del alto al fuego por parte de las fuerzas armenias a lo largo de la línea del frente, desde el cese de hostilidades acordado entre ambos bandos y que entró en vigor al mediodía del martes.
El comunicado, que añadía que el ejército azerbaiyano respondió a cada uno de estos ataques, denunciaba de este modo el incumplimiento por parte de las tropas armenias del alto al fuego acordado un día antes a lo largo de la línea de separación entre Azerbaiyán y el enclave semi-autónomo de la República de Nagorno-Karabaj, cuya independencia sólo es reconocida por Armenia, tras cuatro días de los peores combates vividos en la región desde hace más de dos décadas que dejaron 12 soldados azeríes y más de un centenar de militares armenios muertos, según datos proporcionados por el gobierno de Baku.
“Las acciones militares fueron detenidas a las 12:00 del mediodía hora local del martes”, confirmaba el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán el martes tras un anuncio similar por parte de las autoridades separatistas de Karabaj, una entidad que a nivel internacional es reconocida como parte integrante de Azerbaiyán pero que desde la cruenta guerra que enfrentó a este país con Armenia en los años 90 funciona como un Estado independiente de facto aunque dependiente económica, política y militarmente de Ereván.
Medios locales azerbaiyanos informaban el martes de la muerte de un civil azerí por disparos de la artillería armenia; la agencia estatal de noticias de Azerbaiyán, APA, identificó a la víctima como una joven de 16 años que había fallecido durante los bombardeos realizados por el ejército armenio contra varias poblaciones próximas a la línea de separación con la región de Karabaj. Según informó el lunes la fiscalía de Azerbaiyán, al menos otros dos civiles fallecieron y 10 más resultaron heridos –entre ellos un niño- por disparos de la artillería armenia durante los intensos combates del fin de semana.
Armenia y Azerbaiyán se enfrentaron tras la desaparición de la antigua URSS por el enclave de Nagorno-Karabaj (de mayoría étnica armenia) en una cruenta guerra que duró de 1991 a 1994 y en la que hubo denuncias de limpieza étnica por ambas partes. En total, unas 30.000 personas murieron en el conflicto, la mayoría de ellos civiles, y cerca de un millón -en su mayoría azerbaiyanos- se convirtieron en refugiados tras ser expulsados de sus hogares.
Desde entonces Nagorno-Karabaj es un Estado títere bajo ocupación de Armenia sin reconocimiento internacional, en una acción que recuerda a la reciente ocupación por parte de milicias pro-rusas de varios territorios del este de Ucrania desde 2014; el gobierno armenio mantiene además ocupados varios territorios azerbaiyanos adyacentes conquistados durante la guerra. Por su parte el ejército azerbaiyano mantiene únicamente bajo su control aproximadamente un 20% del territorio de Karabaj, que a su vez representa menos de la mitad de los territorios de Azerbaiyán ocupados actualmente por Armenia.
Tres resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (853, 874 y 884), así como las resoluciones 19/13 y 57/298 de la Asamblea General de la ONU, reconocen a este disputado enclave como parte del territorio de Azerbaiyán. La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa se refiere también a Nagorno-Karabaj como una región de Azerbaiyán bajo ocupación militar armenia.
Turquía se ha mostrado desde el inicio del conflicto y especialmente tras los últimos combates a favor de los derechos de Azerbaiyán en la región. “El mundo entero debe saber que Turquía se mantendrá hombro con hombro junto a Azerbaiyán contra la agresión y la ocupación de Armenia, hasta el mismo día del Juicio”, recalcó el martes el primer ministro turco Ahmet DavutoÄŸlu en declaraciones ante diputados de su partido en Ankara.
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