Irlanda dio la sorpresa y logró clasificarse para octavos de final de la Euro 2016 que se juega en Francia al vencer por 0-1 a Italia en el partido disputado el miércoles por la noche en el estadio Pierre-Mauroy de Lille, un resultado que no obstante puso fin a la esperanza de Turquía de pasar a la siguiente ronda como uno de los mejores terceros.
Aunque el combinado italiano dominó la posesión del balón durante toda la primera parte, fueron los irlandeses apoyados por un público incondicional los que intentaron con más ahínco marcar. Tras una primera mitad sin goles, en la segunda parte los Azzurri parecieron recuperar la iniciativa, pero sería Irlanda quien finalmente lograría el ansiado gol cuando en el minuto 84 Brady remataba magistralmente de cabeza una asistencia de Hoolahan, desatando el júbilo en las gradas entre la hinchada irlandesa.
La inesperada victoria de Irlanda ante Italia en el Grupo E, unida a otros resultados, sellaron no obstante el destino para Turquía, cuya selección derrotó el martes por la noche por 2-0 a la República Checa en un partido que dejó una buena imagen del Milli Takım tras una Eurocopa desastrosa, pero que dejaba a los turcos a expensas de otros resultados para pasar a la siguiente ronda como mejores terceros.
Así, Turquía dependía para pasar a octavos de final de la Euro 2016 de que Hungría derrotase a Portugal, o bien de que Italia y Bélgica no perdiesen ambos partidos contra Irlanda y Suecia en el Grupo E, respectivamente. Bélgica cumplió con su parte ganando por 1-0 al combinado sueco, pero Hungría y Portugal acabaron empatando 3-3 en un choque en el que Cristiano Ronaldo fue el artífice de hasta tres remontadas ante los líderes del Grupo F que llevaron al equipo luso a clasificarse para octavos, también como mejores terceros.
La selección turca dirigida por Fatih Terim se une de esta forma a Rumanía, Rusia, Ucrania, República Checa, Albania, Suecia y Austria y dice adiós de forma precipitada a una Eurocopa en la que ha dejado patentes grandes carencias de juego y de equipo con dos partidos para olvidar ante Croacia y España, y un Terim cada vez menos İmparator y más cuestionado en su país natal.
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