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Política

161 muertos, 1.440 heridos y 2.839 detenidos tras el fallido golpe de Estado en Turquía

Golpe estado protesta tanques

16-07-2016 - 13:30 CET | Hispanatolia

Los golpistas bombardearon el hotel donde el presidente turco pasaba sus vacaciones. La mayor parte de las víctimas son civiles que se enfrentaron a los militares, 8 de los cuales escaparon el sábado a Grecia en helicóptero.

El fallido intento de golpe de Estado perpetrado en la noche del viernes por un grupo de militares del ejército turco se ha saldado con al menos 161 muertos y 1.440 heridos, según anunció el sábado el primer ministro Binali Yıldırım en conferencia de prensa, añadiendo que la policía ha detenido 2.839 militares vinculados a la intentona golpista, incluyendo cinco generales y 29 coroneles.

Yıldırım, que expresó sus condolencias por las víctimas, aseguró que la situación estaba prácticamente restablecida a la normalidad y que todos los comandantes de las fuerzas armadas continuaban en sus puestos, y dijo que al menos 20 soldados que habían participado en el golpe habían muerto durante los enfrentamientos ocurridos el viernes por la noche. Durante la comparecencia ante los periodistas Yıldırım, que calificó el fracaso del golpe de Estado como una “fiesta de nuestra democracia”, estuvo acompañado por el ministro del Interior Efkan Ala, el ministro de Defensa Fikri Işık, el ministro de Justicia Bekir Bozdağ, y el general Hulusi Akar, Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Turcas (TSK).

La mayor parte de las víctimas son civiles que se enfrentaron a los militares golpistas, entre ellos Mustafa Cambaz, fotógrafo del diario Yeni Şafak, que fue abatido por disparos de un grupo de soldados rebeldes, según anunció el periódico. Otros seis civiles murieron cuando unas 5.000 personas intentaron entrar en la base aérea de Akıncılar -a las afueras de Ankara- para hacer frente a los golpistas, que retenían en ella al general Hulusi Akar (jefe de las fuerzas armadas). También varios cazas F-16 controlados por los golpistas arrojaban varias bombas con las primeras luces del alba del sábado cerca del palacio presidencial de Ankara, causando la muerte a cinco personas.

Otro grupo de soldados entraba poco antes del amanecer en la sede del diario Hürriyet y tomaba como rehenes a un grupo de periodistas; previamente las emisiones de la cadena CNN Türk se habían interrumpido cuando varios soldados entraron en la sede del grupo de comunicación Doğan; un civil que se encontraba entre el grupo de personas que hizo frente a los militares golpistas entró en el estudio –que permanecía vacío pero con las cámaras emitiendo en directo- y asumió el papel de presentador hasta que fuerzas especiales de la policía recuperaron el control del edificio y detuvieron a los soldados. Poco antes la policía había liberado la sede de la televisión pública TRT, tomada en las primeras horas por los golpistas y que sólo emitía un comunicado justificando el alzamiento militar.

En Ankara, donde se mantenían focos de tensión y resistencia por parte de los militares golpistas aún en las primeras horas de la mañana del sábado, alrededor de 700 soldados se rindieron finalmente a las fuerzas de la policía según informaron fuentes de seguridad. Otro grupo de militares que permanecían retenidos y maniatados tras haberse negado a sumarse al levantamiento castrense fueron posteriormente liberados.

Hablando posteriormente a los medios, el general Akar dijo que el intento de golpe de Estado había sido encabezado por mandos de las fuerzas aéreas y la gendarmería con la colaboración de algunas unidades de las fuerzas de tierra, recalcando que la intentona había fracasado. Las informaciones apuntan a que la base aérea de Akıncılar, donde permanecía retenido el propio Akar antes de ser rescatado en la mañana del sábado, fue usada por los responsables del golpe como uno de sus centros de mando. Akar, que presentaba heridas visibles en su cuello, relataría posteriormente que los militares que le secuestraron le torturaron apretándole con un citurón el cuello para obligarle a firmar un documento que legitimaba el golpe de Estado, a lo que el Jefe del Estado Mayor sin embargo se negó.

Los golpistas bombardearon el hotel donde se alojaba Erdoğan

El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, que llegaba en torno a las 4:00 de la madrugada al aeropuerto internacional Atatürk de Estambul después de que miles de personas lograran expulsar del mismo a un grupo de soldados que bloqueaban la entrada, confirmaba posteriormente ante miles de personas que acudieron a recibirlo que los vuelos de la compañía Turkish Airlines se habían reanudado y que únicamente persistían pequeños focos de tensión en Ankara.

“Nadie se irá de aquí (del aeropuerto Atatürk) hasta que esta situación recupere la normalidad. Yo tampoco me voy a ir”, dijo Erdoğan poco después del amanecer; previamente declaró que los golpistas habían intentado asesinarlo bombardeando desde tierra y aire el hotel en la ciudad turística de Marmaris –en la costa turca del Egeo- donde se encontraba de vacaciones. Posteriormente un avión escoltado por cazas F-16 lo trasladaría desde un lugar seguro hasta Atatürk.

Erdoğan acusó sin nombrarlo específicamente al clérigo musulmán exiliado en Estados Unidos Fethullah Gülen de estar detrás de los organizadores del golpe militar, de quienes dijo que “pagarán por lo que han hecho”. “Ya es suficiente la traición que has hecho a esta nación”, dijo el presidente turco sin nombrar a Gülen, al que desafió a regresar a Turquía para enfrentarse a la justicia. La mayoría de los principales medios de comunicación turcos, incluso aquellos más contrarios a Erdoğan que hasta ahora se habían mostrado reacios a sus acusaciones contra el clérigo turco, señalaban también el sábado a Gülen y a su “Estado paralelo” creado en Turquía como responsable del golpe.

“Este intento de levantamiento recibirá su respuesta desde la ley, y les será dada una respuesta en el sistema judicial. Deberían saber (los golpistas) que en este país la ley prevalecerá”, dijo Erdoğan, calificando a los responsables de la intentona de “traidores”.

Un grupo de soldados escapa a Grecia en helicóptero

Mientras un grupo de ocho militares que habían participado en el intento de golpe de Estado abordaban un helicóptero del ejército y escapaban a Grecia, donde fueron arrestados tras aterrizar ilegalmente en el aeropuerto de la ciudad de Alexandroupolis, situado a unos 15 kilómetros de la frontera con la provincia turca de Edirne.

Fuentes policiales griegas confirmaron que los ocupantes habían solicitado a las autoridades del país heleno asilo político; sin embargo el ministro del Interior de Turquía, Mevlüt Çavuşoğlu, informó a los medios que Ankara había solicitado ya a Atenas la extradición inmediata del grupo, mientras que el gobierno griego habría manifestado su intención de cooperar con las autoridades turcas en esta cuestión.

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