Al menos seis presuntos miembros del grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) fueron detenidos el jueves tras la explosión de una moto bomba junto a una comisaría en un barrio de Estambul, entre ellos el que se cree es el principal sospechoso de haber cometido el atentado, que dejó una decena de civiles heridos.

El sospechoso, considerado por la policía turca como “el principal autor” de la explosión del jueves en el barrio de Yenibosna, fue detenido horas después en la provincia de Aksaray –en el centro de Turquía- portando un documento de identidad falso. Otro sospechoso más relacionado con el atentado fue detenido también en Aksaray, mientras que los otros cuatro militantes del grupo armado fueron detenidos durante una operación llevada a cabo en Estambul.

Testigos presenciales habían declarado tras el atentado que instantes antes vieron salir corriendo a un hombre que vestía una chaqueta negra, pantalones vaqueros y un casco de moto negro; inmediatamente se activó una alerta terrorista en la ciudad y se puso en marcha un amplio dispositivo de búsqueda por tierra y aire que incluyó controles en las principales vías de entrada y salida de la ciudad y registros en todos los transportes públicos.

La explosión se produjo el jueves en torno a las 15:50 hora local (14:50 CET) en el barrio de Yenibosna del distrito europeo de Bahçelievler, y dejó cuantiosos daños materiales además de una decena de heridos, todos civiles. El atentado pudo haber causado una tragedia mucho mayor, ya que a pocos metros hay un campo de fútbol y varios colegios e institutos.

El lugar del atentado se localizó cerca de una vieja comisaría situada en la calle Fatih, que ya fue objeto de otro ataque terrorista en 2012 reivindicado entonces por el DHKP-C, una organización terrorista de extrema izquierda, por lo que inicialmente las sospechas de la autoría habían caído sobre este grupo.

El autodenominado Frente-Partido Revolucionario para la Liberación del Pueblo (DHKP-C), considerado hasta hace pocos años extinto y responsable entre otros del atentado suicida en 2013 contra la embajada de Estados Unidos en Ankara, tiene no obstante menor capacidad operativa que otros grupos como el PKK o el Daesh, ambos responsables de los principales ataques terroristas de los dos últimos años en Turquía.