Al menos diez miembros de las fuerzas de seguridad turcas y ocho civiles murieron y otras 27 personas resultaron heridas -16 de ellas civiles- después de que un vehículo cargado de explosivos hiciera explosión el domingo por la mañana en la provincia fronteriza de Hakkari, en el extremo sureste de Turquía.

Según informó a los medios el gobernador de la provincia, Orhan Toprak, la explosión se produjo sobre las 9:45 de la mañana hora local (8:45 CET) cuando militantes del grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) activaron un coche bomba en un punto de control en una carretera erigido frente a un cuartel de la Gendarmería Turca en el distrito de Şemdinli, fronterizo con el norte de Irak e Irán.

Fuentes de seguridad turcas indicaron que pese a que el objetivo principal del ataque era el puesto de control de la gendarmería, la enorme potencia de la explosión, que provocó un cráter de unos 15 metros de ancho y 7 de profundidad en la carretera, afectó también a parte del edificio del cuartel, que se ubica a unos 20 kilómetros de distancia de la ciudad de Şemdinli.

Tras el ataque se puso en marcha una amplia operación de seguridad en la región por tierra y aire para tratar de capturar a los autores del atentado. Por su parte el vice primer ministro turo Numan Kurtulmuş confirmó la autoría del PKK y subrayó que el país “no se rendirá a las organizaciones terroristas”.

Şemdinli es una región muy montañosa de la provincia de Hakkari ubicada en el extremo suroriental de Anatolia, donde el PKK ha sido tradicionalmente especialmente activo especialmente desde que en julio de 2015 el grupo armado rompiera la tregua anunciada dos años antes, y anunciara la reanudación de las hostilidades. Según datos proporcionados por las Fuerzas Armadas Turcas (TSK), sólo en Hakkari 387 militantes armados del PKK han muerto en combates con las fuerzas de seguridad desde el 4 de agosto.

Este atentado, que se produce después de que el jueves otro atentado con bomba del PKK dejara 10 civiles heridos en un barrio de las afueras de Estambul, coincide con la reunión que este domingo celebran en la provincia de Van -al este de Turquía- líderes de 181 influyentes clanes kurdos de 16 provincias del este y sureste del país -que representan a unos dos millones de personas de la región- para mostrar su rechazo al terrorismo y reafirmar su apoyo al Estado turco.