Al menos nueve personas fallecieron y más de un centenar resultaron heridas a consecuencia de la explosión el viernes por la mañana de un coche bomba del grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en la provincia de Diyarbakır, al sureste de Turquía, tras la detención horas antes de varios líderes y diputados de la formación nacionalista kurda Partido Democrático de los Pueblos (HDP).
La potente explosión, que se produjo a las 7:53 de la mañana hora local (5:53 CET), tuvo por objetivo un edificio auxiliar utilizado por la policía antidisturbios y unidades de la lucha antiterrorista en el céntrico distrito de Bağlar, tras lo cual se produjo un tiroteo con militantes del PKK. Posteriormente la oficina del gobernador de Diyarbakır confirmó que el grupo armado había reivindicado la autoría del ataque.
Numerosos equipos de emergencia y ambulancias se desplazaron de inmediato hasta el lugar del suceso. Pese a que el objetivo principal del atentado fuera la policía, la enorme potencia de la explosión y el lugar donde fue perpetrado, en una zona densamente poblada y con centros educativos cercanos, hizo que la mayor parte de las víctimas, tanto fallecidos como heridos, fueran civiles.
El primer ministro turco Binali Yıldırım confirmó posteriormente en una conferencia de prensa que por el momento había ocho fallecidos: dos agentes de policía, y seis civiles. Más de un centenar de personas, la gran mayoría civiles, resultaron también heridas, si bien Yıldırım indicó que únicamente siete de ellas permanecían hospitalizadas. Otro fallecido citado por algunos medios de comunicación sería un miembro del propio PKK que murió durante el ataque. Posteriormente se confirmó el fallecimiento en el hospital de otro civil más, elevando el número de muertos en el ataque a nueve -siete de ellos civiles- sin contar al militante del grupo.
Este atentado tuvo lugar apenas horas después de que varios diputados del HDP –al que muchos en Turquía consideran el brazo político del PKK- incluyendo los dos co-presidentes de la formación, Figen Yüksekdağ y Selahattin Demirtaş, y el presidente del grupo parlamentario Idris Baluken, fueran detenidos en la madrugada del viernes por la policía tras negarse a testificar ante la fiscalía en una investigación por cargos relacionados con el terrorismo.
Sobre este asunto, Yıldırım subrayó en su comparecencia del viernes que los políticos democráticamente electos no están exentos de cumplir con sus obligaciones legales, señalando que sólo uno de los 55 diputados que el HDP tiene en la Asamblea Nacional Turca había testificado tras ser convocado por la fiscalía.
El primer ministro recordó en este sentido que todos los diputados del resto de partidos a los que también se les retiró la inmunidad parlamentaria -una medida aprobada por el propio parlamento- se habían presentado a testificar, con excepción de los del HDP. Uno de los que habría testificado voluntariamente habría sido el líder del partido nacionalista turco MHP, Devlet Bahçeli.
“Aquellos que llegan al poder por medio de elecciones pero prefieren abrazar el terrorismo, responderán obviamente ante la ley”, recalcó Yıldırım, quien confirmó también que los problemas que sufren las conexiones de Internet y el acceso a las redes sociales en todo el país constituyen una “medida de seguridad” adoptada por el ejecutivo. “Este tipo de medidas pueden ser adoptadas ocasionalmente por motivos de seguridad. Son medidas temporales y cuando el riesgo haya pasado, todo regresará a la normalidad”, declaró.
Según informó la prensa turca, serían 11 los diputados del HDP detenidos el viernes por delitos de posibles vínculos con el PKK tras haberse negado reiteradamente a comparecer ante la justicia y prestar testimonio a petición de los fiscales de las provincias de Diyarbakır, Hakkari, Van, Şırnak y Bingöl. Un 12º diputado del HDP fue detenido también posteriormente, indicaron medios locales.
Sebahat Tuncel, la co-presidenta del Partido Democrático de las Regiones (DBP) –una formación política kurda íntimamente ligada al HDP- , era detenida por la policía el viernes frente al palacio de justicia de Diyarbakır cuando un grupo de miembros y simpatizantes del DBP se congregaron para protestar contras las detenciones de diputados del HDP. Tras las insistentes advertencias de las fuerzas del orden para que se dispersaran, una decena de manifestantes incluyendo Tuncel fueron detenidos por la policía.
La policía turca intervino también para dispersar otras protestas similares en el distrito de Kızılay en Ankara, donde los manifestantes se enfrentaron a la policía antidisturbios que respondió con gases lacrimógenos. También hubo enfrentamientos entre simpatizantes del HDP y agentes antidisturbios en el distrito de Esenler en Estambul.
Al respecto de estas detenciones, la alta representante de la Unión Europea para la política exterior, Federica Mogherini, dijo sentirse “extremadamente preocupada” en un mensaje publicado en Twitter por la detención de Selahattin Demirtaş y de otros diputados del HDP, convocando una reunión urgente de los embajadores de la UE en Ankara.
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