Al menos dos personas fallecieron y otras 33 resultaron heridas el jueves a causa de la explosión de un coche bomba ocurrida en un aparcamiento frente a la sede del gobernador de la provincia de Adana, en el sur de Turquía, una acción que las autoridades turcas atribuyen con toda probabilidad al grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Varias ambulancias, bomberos y coches de policía acudieron al lugar tras la explosión, que provocó daños en el edificio que alberga las oficinas del gobernador local así como en varios vehículos de los alrededores. Imágenes difundidas por la televisión mostraban un incendio en el edificio, del que salía una columna de humo.
Posteriormente, medios turcos informaban de que el conductor de otro vehículo cargado de explosivos fue herido por disparos de la policía en el barrio de Sarıhamzalı del distrito de Seyhan, a las afueras de la ciudad de Adana. Fuentes policiales confirmaron que el sospechoso fue herido de bala cuando trataba de huir después de que los agentes le ordenasen que se detuviese.
Por su parte el gobernador de Adana Mahmut Demirtaş, que sobrevivió al atentado, anunció inicialmente la cifra de 2 fallecidos y 16 heridos señalando que los indicios apuntaban a que el atentado, que se produjo sobre las 8:05 hora local (6:05 CET) había sido llevado a cabo por “una sospechosa”, añadiendo que había podido identificarse el número de matrícula del vehículo.
El número de heridos fue posteriormente actualizado a 33 por el ministro de Energía Berat Albayrak, quien visitó en persona el lugar de la explosión e indicó además que al menos uno de ellos se encontraba en estado crítico.
El vice primer ministro turco Numan Kurtulmuş condenó a través de un mensaje en su cuenta oficial en Twitter el atentado, asegurando que Turquía continuaría luchando “con determinación” contra el terrorismo y que “no se rendirá ante el terror”. Por su parte el ministro turco para la Unión Europea y diputado por Adana, Ömer Çelik, confirmó que el atentado había estado “directamente dirigido” contra el gobernador de Adana, al tiempo que subrayó que Turquía continuaría “luchando contra el terrorismo hasta el final, en nombre de la humanidad”.
Kemal Kılıçdaroğlu, líder de la oposición en Turquía, telefoneó también al gobernador de Adana para transmitirle su solidaridad y condenar este “traidor ataque”, según un comunicado difundido por su partido, el CHP. Así mismo en un comunicado difundido a través de Twitter, la embajada de Estados Unidos en Ankara expresó su “fuerte condena por el indignante ataque terrorista en Adana”, añadiendo que EE.UU. se mantenía al lado de Turquía en la lucha contra el terrorismo.
Este atentado se produce después de que el pasado 10 de noviembre el PKK atacara la sede del gobernador en el distrito de Derik, en la provincia suroriental de Mardin, hiriendo gravemente al gobernador local que falleció al día siguiente en el hospital. En octubre el PKK ya reivindicó el asesinato de varios miembros del partido AKP y de representantes del gobierno turco en la región, coincidiendo con unas declaraciones del líder militar del PKK, Murat Karayılan, amenazando de muerte a cualquier político o funcionario que trabajase para el Estado turco, en lo que parece ser un cambio de estrategia de la organización armada.
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