38 muertos y 155 heridos: ese es el último balance después de que dos explosiones sacudieran en la noche del sábado el distrito de Beşiktaş de Estambul, no lejos del estadio del equipo del mismo nombre, el Vodafone Arena, situado junto al conocido Palacio Dolmabahçe.
Los atentados se produjeron unos 90 minutos después del término del partido de liga que enfrentó precisamente al Beşiktaş y al Bursaspor. “Se cree que ha sido un coche bomba (que explotó) en un lugar donde las fuerzas especiales de nuestra policía estaban localizadas, justo después del partido junto a la salida por donde los hinchas del Bursaspor salieron, después de que se hubiesen marchado”, dijo el ministro del Interior Süleyman Soylu en las primeras declaraciones recogidas en la noche del sábado tras las explosiones.
El Bursaspor, uno de los equipos que había disputado minutos antes un encuentro en el estadio, confirmó a través de su cuenta oficial en Twitter que ninguno de sus seguidores había resultado herido. Posteriormente el Beşiktaş condenó el atentado en un comunicado en su web oficial, al igual que otros grandes equipos de la liga turca como el Fenerbahçe o el Galatasaray, y la propia Federación Turca de Fútbol (TFF).
En un anuncio ante los medios ofrecido el domingo acompañado por otros ministros del gobierno, Soylu elevó la cifra de fallecidos hasta los 38, incluyendo 30 policías y 7 civiles, mientras que otra persona aún estaría pendiente de ser identificada; el ministro del Interior también confirmó las informaciones del gobernador de Estambul de que había 155 heridos, 19 de ellos ingresados en estado crítico.
Según los últimos detalles que se van conociendo sobre el doble atentado, la primera explosión, que se produjo hacia las 22:30 hora local (20:30 CET), fue provocada por un coche bomba que tenía por objetivo a los policías antidisturbios situados junto al Vodafone Arena. La segunda explosión, desatada unos 45 segundos más tarde, se produjo cuando un terrorista suicida se inmoló en el Maçka Park aledaño al estadio.
Soylu indicó que el terrorista hizo estallar su carga explosiva después de que la policía advirtiera su presencia y le ordenara detenerse, por lo que de haber alcanzado su objetivo el número de víctimas podría haber sido mucho mayor. “Los indicios apuntan a la implicación del grupo terrorista PKK”, aseguró Soylu, añadiendo que 13 sospechosos habían sido detenidos en relación con las explosiones. Seis fiscales han sido ya asignados a la investigación. Fuentes de inteligencia citadas el domingo por la prensa turca informaban que uno de los terroristas que participó en el atentado habría entrado en Turquía desde la zona de Siria controlada por el PYD/YPG, un grupo armado considerado por Ankara como el homólogo sirio del PKK.
En declaraciones a la cadena informativa turca CNN Türk, el vice primer ministro Numan Kurtulmuş apuntó también a la autoría del PKK como “la más probable” a tenor de los datos que se van conociendo. Kurtulmuş dijo que entre 300 y 400 kilos de explosivos fueron utilizados en el coche bomba que explotó junto al estadio y cuyo “objetivo directo era la policía turca”. La potencia de la explosión fue tal que el vehículo prácticamente se volatilizó.
Numerosos efectivos de emergencia, incluyendo ambulancias y bomberos, fueron enviados al lugar donde se produjeron sendas detonaciones, que pudieron escucharse en varios kilómetros a la redonda por toda la ciudad, incluyendo a ambos lados del Estrecho del Bósforo que separa el lado europeo y asiático de Estambul. Así mismo en las redes sociales y medios de comunicación se divulgaron imágenes de una columna de humo emergiendo detrás del estadio, de reciente construcción.
Si bien en las primeras horas tras las explosiones sólo se había hablado de heridos, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan emitió a última hora del sábado un comunicado asegurando ya que había varias personas muertas en los ataques, aunque sin ofrecer por entonces más detalles. Según Erdoğan el ataque terrorista tuvo por objetivo tanto a la policía turca como a civiles, y su objetivo era causar el mayor número de víctimas posible. A raíz de los acontecimientos, el presidente turco canceló una visita oficial que tenía previsto realizar el domingo a Kazajistán.
El primer ministro turco Binali Yıldırım fue informado del incidente por el ministro del Interior y por el gobernador de Estambul, Vasip Şahin. El propio Soylu –que se encontraba en Ankara en el momento de las explosiones- se dirigió a Estambul para seguir de cerca las investigaciones sobre el atentado junto con el ministro de Salud, Recep Akdağ. Yıldırım emitió posteriormente un comunicado subrayando que los responsables de estos ataques no quedarían impunes y que no lograrían quebrar la unidad de la nación ante el terrorismo, y firmó un decreto anunciando un día de luto nacional en todo el país para el domingo, en el que las banderas ondearán a media asta.
Testigos presenciales señalaron que pudieron escucharse también múltiples disparos tras lo que pareció ser un atentado dirigido contra las fuerzas de la policía antidisturbios asignadas a la seguridad del partido. La fuerza de la explosión sorprendió en directo a los presentadores que conducían un programa del canal de televisión del Beşiktaş, precisamente sobre el partido de la Süper Lig que acababa de concluir.
Un testigo citado por la agencia de noticias estatal Anatolia confirmó haber escuchado dos explosiones separadas entre sí por un intervalo de aproximadamente un minuto. “Vimos una enorme llamarada junto con la explosión. Las ventanas del restaurante se rompieron en pedazos con la presión de la explosión. Luego escuchamos disparos durante dos minutos”, aseguró.
Otro testigo, hincha del Bursaspor, dijo que una de las explosiones se había producido justo después de que los autobuses que transportaban a los fans del equipo abandonaran las inmediaciones del estadio.
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