Un coche bomba explotó el jueves frente a un puesto de control de la policía en el distrito de Bayraklı, al norte de la ciudad de İzmir, dejó al menos dos muertos y 11 heridos en un ataque coordinado perpetrado por varios terroristas armados.
Según informaron medios turcos, efectivos de la policía advirtieron la presencia del coche bomba, por lo que los terroristas decidieron activarlo antes de tiempo al ver que los agentes se disponían a intervenir. La explosión, que causó extensos daños en un área donde se ubican muchos edificios de oficinas, pudo haber desembocado no obstante en una tragedia mayor de no ser por la intervención policial.
Tras detonar el vehículo prematuramente, al menos tres terroristas intentaron entrar en un edificio situado frente al puesto de control policial que albergaba unos juzgados disparando armas automáticas. En el intercambio de disparos, dos terroristas resultaron muertos y dos agentes de policía heridos según las primeras informaciones; otros medios como la agencia estatal Anatolia indicaron además que un trabajador de los juzgados y un policía habían resultado también muertos.
Los enfrentamientos entre policías y terroristas continuaron durante un tiempo tanto dentro como en los alrededores del edificio que albergaba los juzgados, en cuyo interior se refugiaron empleados y varios ciudadanos. El ataque estuvo coordinado y fue llevado a cabo cuando se aproximaba la hora para el cambio de turno cerca de la puerta de de acceso de los juzgados utilizada por el personal del mismo, incluyendo jueces y fiscales, y no lejos de una parada de autobuses, por lo que el número de víctimas podría haber sido mucho mayor.
Numerosas ambulancias y coches de la policía se desplazaron de inmediato hasta el lugar del incidente, donde equipos de artificieros examinaron el área ante la posibilidad de que hubiera más explosivos. Los heridos fueron trasladados al Hospital Universitario del Egeo, ubicado en el vecino distrito de Bornova.
Las fuerzas de seguridad turcas tomaron varias medidas de prevención en toda la ciudad, incluyendo puntos de control en las principales arterias y puntos de entrada y salida de İzmir. Por ahora se desconoce la autoría del ataque, que se produce tan sólo cuatro días después de que un militante del Daesh perpetrara una matanza en un club nocturno de Estambul durante las celebraciones de Año Nuevo, causando la muerte a 39 personas.
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