Un terremoto de 5,3 grados en la escala Richter sacudió el domingo de nuevo la provincia de Çanakkale, en el noroeste de Turquía, después de que en la última semana varios seísmos de similar intensidad seguidos de cientos de réplicas hayan sembrado el pánico en la región, provocando daños materiales y varios heridos.

El temblor se produjo a las 16:48 hora local (14:48 CET) frente a las costas del distrito de Ayvacık, a unos 10 kilómetros de profundidad bajo el lecho marino, justo en la misma área donde se han producido las sacudidas de los últimos días. Algunos medios turcos informaron de que poco antes, a las 15:15 hora local (13:15 CET), se registró un primer terremoto que alcanzó una magnitud de 4 grados.

El gobernador de Çanakkale, Orhan Tavlı, informó poco después a la prensa que por el momento no se tenían informes de personas heridas, si bien advirtió a los ciudadanos que debían mantenerse alejados de los edificios que hubiesen resultado afectados por los temblores de los últimos días, mientras se llevan a cabo inspecciones para determinar si ha habido nuevos daños. Por su parte el alcalde de Ayvacık, Mehmet Ünal Şahin, declaró que el consistorio tenía constancia de que se habían producido daños en varias casas de pueblos situados en el distrito.

Los primeros seísmos se registraron el lunes 6 de febrero a las 6:51 hora local (4:51 CET) en Ayvacık, y alcanzaron una intensidad de 5,3 grados en la escala Richter; fueron seguidos horas después por otra sacudida de similar magnitud, sembrando el pánico entre los habitantes de la región.

El martes a las 5:24 de la madrugada otro terremoto alcanzaba una magnitud de 5,2 grados y afectaba a la misma zona. Durante el lunes y el martes se produjeron numerosas réplicas, cuatro de las cuales alcanzaron una intensidad superior a 4 en la escala Richter, según AFAD, que indicó que casi 500 temblores de distinta magnitud han sacudido desde el lunes Çanakkale. El gobernador de la provincia anunció el martes que al menos ocho personas habían resultado heridas.

Los sucesivos temblores han provocado daños a unas 300 casas de la zona, principalmente en las zonas rurales, algunas de las cuales han llegado a derrumbarse; a ello hay que sumar que cientos de personas se han negado a regresar a sus viviendas por temor a nuevos temblores, por lo que han tenido que ser alojadas provisionalmente en tiendas de campaña y módulos prefabricados. La actividad sísmica en la región ha obligado además a las autoridades locales a suspender las clases.