El grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) reivindicó el miércoles la autoría de la explosión ocurrida el día anterior en el distrito de Bağlar de la provincia de Diyarbakır, en el sureste de Turquía, que destruyó unas instalaciones de la policía dejando un enorme cráter y causando la muerte a tres personas.
Un comunicado publicado en una web afín a la organización armada confirmó que sus militantes habían colocado más de 2,5 toneladas de explosivos bajo el edificio anexo al cuartel de la policía en Bağlar. Horas antes el propio ministro del Interior turco, Süleyman Soylu, había confirmado que el incidente había sido causado por “un atentado terrorista” después de que inicialmente él mismo atribuyera la explosión a un accidente.
En declaraciones a medios locales, Soylu explicó que los terroristas habían cavado un túnel bajo el edificio en el que habían colocado los explosivos. El atentado dejó inicialmente dos muertos, incluyendo un policía y un técnico civil; otra persona que inicialmente había sido rescatada de entre los escombros y que trabajaba también en las instalaciones, dedicadas a la reparación de vehículos blindados de la policía, falleció posteriormente en el hospital. Una docena más de personas resultaron heridas.
“La explosión ocurrió mientras un técnico ayudante estaba reparando un vehículo armado (en el edificio anexo al cuartel). Durante la noche (del martes) quedó claro que había sido un atentado terrorista. Ahora mismo hay 12 personas heridas de levedad en los hospitales, pero lo que es más, otro técnico que fue rescatado de entre los escombros ha sido martirizado (muerto). Un agente de policía también resultó mártir”, dijo el ministro.
Las dos víctimas mortales civiles han sido identificadas como Yunus Elaltunterin y Cengiz Tekin, ambos nacidos en Diyarbakır. El policía muerto, identificado como Burhan Mercan, fue trasladado tras una ceremonia a su localidad natal de İskenderun, en la provincia de Hatay.
“Ellos (los terroristas) perpetraron el ataque por medio de un túnel excavado desde el exterior. Escaneamos nuestros edificios de la policía casi cada mes para impedir tales amenazas, pero en este caso, excavaron el túnel en un tiempo muy corto. Perpetraron el ataque colocando los explosivos bajo tierra”, señaló Soylu.
La oficina del gobernador de Diyarbakır informó posteriormente en un comunicado que en el atentado se emplearon cerca de una tonelada de explosivos, incluyendo RDX (ciclotrimetilentrinitramina), nitrato de amonio, dinamita y diesel, que fueron colocados junto con un temporizador, según las primeras investigaciones. El túnel tenía 30 metros de longitud y fue excavado desde los cimientos de un apartamento situado junto al edificio anexo al cuartel.
Por ahora cinco personas han sido ya detenidas en relación con el atentado. El edificio objeto del ataque del martes ya había objetivo de un atentado con coche bomba del PKK el pasado mes de noviembre, en el que murieron 9 personas y un centenar más resultaron heridas.
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