Unas fuertes lluvias torrenciales caídas el jueves por la tarde en Estambul provocaron graves inundaciones en la ciudad y colapsaron el sistema de transporte, dejando además vuelos cancelados y decenas de personas atrapadas en sus coches menos de dos semanas después de que otra célula tormentosa descargase sobre la metrópolis turca causando daños por valor de 50 millones de euros.
Al igual que el aguacero caído el pasado 18 de julio, la tormenta descargó sobre Estambul en plena hora punta –en este caso de la tarde- cuando cientos de miles de personas regresaban a sus casas de sus puestos de trabajo. Las imágenes que llenaron rápidamente las redes sociales en Turquía y las cabeceras de los informativos en televisión mostraban coches sumergidos y calles inundadas, mientras los reporteros apenas eran capaces de informar desde la calle a causa de los fuertes vientos que acompañaron las lluvias.
La tormenta, que dejó también fuertes precipitaciones en forma de grandes bolas de granizo que provocaron rotura de cristales, provocó la cancelación de todos los vuelos en el aeropuerto internacional Atatürk –el más importante de Estambul- y la suspensión temporal de los servicios de metro, donde varia estaciones sufrieron inundaciones como ya ocurriera la semana pasada.
También el servicio de tranvía entre Bağcılar y Kabataş fue suspendido por el temporal. En el puerto de Haydarpaşa, una enorme grúa que cayó sobre un depósito de combustible, causando una gran explosión que fue visible desde varias zonas de la ciudad y un incendio que pudo ser sofocado más tarde por los bomberos.
Las autoridades clausuraron también temporalmente el Túnel Eurasia que conecta bajo las aguas del Estrecho del Bósforo la orilla asiática y europea de Estambul, aunque el túnel fue posteriormente reabierto. Varios pasos subterráneos fueron también cerrados a causa de las inundaciones, que colapsaron las vías de comunicación y los sistemas de transporte de la urbe dejando a miles de personas atrapadas sin poder regresar a sus casas.
En otro incidente relacionado con el temporal del jueves, un muro de un cementerio próximo a una concurrida calle en el barrio de Kurtuluş del distrito europeo de Şişli se derrumbó a causa del viento dejando al menos dos heridos, según informaron medios turcos. También se informó de otro incendio provocado cuando un rayo alcanzó unos almacenes en el distrito de Kağıthane.
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